Texto: Chulo Castizo /// Fotos: Roja (Claudia Ochoa)
Para la primera actuación del cantante Matisyahu en la Ciudad de México, el José Cuervo Salón reunió a dos bandas nacionales provenientes de Zapopan y Monterrey que abrieron al músico de ascendencia israelí.
Con una afluencia al venue a cuentagotas, y que poco a poco creció hasta aproximadamente llegar a las 300 personas, ambos grupos nacionales daban las coordenadas de lo que sería la noche. Entre la música y la religión rastafari, transcurrieron los primeros compases, con un sonido heredado de Bob Marley, y con energía suficiente como para continuar en la fría noche de miércoles.
Aunque la audiencia no fue extensa, los asistentes fueron los indicados para recibir a Matisyahu. Mathew Miller subió al escenario acompañado de un combo de músicos, que bien parecen sobre el escenario un grupo de rock alternativo de los años 90.
Con una trayectoria de aproximadamente 10 años, varios discos publicados desde su irrupción en el mercado con su primer LP en el año 2004 y una nominación al Grammy en el año 2007, se presentó ante el público para desgranar su cuarto y último disco de estudio, Spark Seeker (2012), producido por Kool Kojack, conocido por sus producciones para Nicki Minaj o Ke$ha.
Entretejió un ambiente en donde prendió rápido entre sus numerosos fans, pues parece moverse sobre el escenario cual dandy, rapeando, y acentuaba su show con el uso de palabras en hebreo, y con ligeros movimientos finamente estudiados, mientras los electrobeats futuristas, y la guitarra estilaba una mezcla entre rock y reggae, bajo la estrella de David.
