Por Axel Valerio /// Fotos Lulú Urdapilleta (OCESA)
¿Cómo se define un concierto lleno de baile y de brincos? Simplemente como una fiesta que pudo haber durado día tras día. Ya en sí estos personajes (Babasónicos) tienen una vibra excepcional, como si cada un de estos fueran ingredientes de un platillo, pues se complementan el uno al otro.
El concierto nos daba expectativas para algo grande, ya que desde el primer momento en que a través de una cortina blanca cada uno de los integrantes se pudo vislumbrar, generaron una vibra especial para que todos los asistentes se pusieran de buenas a pesar de un breve retraso.
La primera canción con la que iniciaría la fiesta fue “Los burócratas del amor” de su más reciente producción Romatisísmico, con el que claramente la euforia y los gritos se hicieron presentes. “Fizz” fue la canción con la que los Babas crearían un momento especial ya que las personas que no los conocían tan bien pudieron dejar atrás esa timidez y adentrarse a disfrutar su música.
“Negrita” fue la canción que calentaría motores para “Microdancing“, la cual sería brevemente interrumpida por un par de fallas técnicas, pero eso no importó, pues Adrián Dárgelos siempre con sus movimientos de Fiebre de Sábado por la Noche no desentonaron en cada unas de las canciones.
Babasónicos tienen esa facilidad musical que les permite llevarte de un ritmo a otro, un claro ejemplo de ello es “El ídolo” en donde tal cual uno puede ponerse a bailar como si estuviera en una fiesta de vaqueros por su mood Country. “Cuello Rojo“, “Yegua” y un sinfín de canciones fueron las que nos acompañaron a lo largo de la noche.
Al finalizar el concierto, se pudo escuchar como los fans de corazón pidieron otra rola con el típico “otra, otra, otra”. Por un momento pensamos que nunca saldrían a regalarnos otro par de canciones, pero esto no fue así, pues sellaron la noche perfectamente con “El Colmo” y “Seis Vírgenes Descalzas” con las que declararían una entrega total hacia los fans.
