“No sabemos a dónde nos llevan las canciones, pero allá vamos”
Por Lucía Caleta, corresponsal en Nueva York
De paso por Praga, entrevisté al dúo Electro Dark VIYU. En esta nota nos cuentan cómo hacen música experimental con el modelo DIY (hazlo tú mismo), cómo es su proceso creativo y qué esperan del bello, oscuro y eléctrico Morning, su primer EP.
Sin entender mucho los flyers en checo que informaban sobre las bandas que tocaban esa noche, pagué una entrada y entré al Café v Lesse, que significa “café en el bosque”, un club legendario y retro de la escena Punk, experimental e indie de Praga.
En el sótano del club, donde todavía se puede fumar y tomar cerveza tamaño familiar, un dúo de chicos eslovacos empezó a tocar cerca de las nueve de la noche con una guitarra y un par de sintetizadores y teclados. En medio de la oscuridad y humo del lugar, el brillo de una peluca, la manzana de la Mac, unos anteojos, un tapado de piel y las luces fluorescentes en los dedos que se desplazaban por los sintetizadores, le daban todo un brillo y fantasía a la estética de cemento abandonada del sótano, donde las chicas con fleco y chicos con chamarra de cuero se rendían al hipnótico e impredecible sonido de VIYU.
Unas semanas después nos juntamos en un bar cerca del centro al mediodía. Allá estaban Daniel y Tom, tomando café y cerveza. “Eres el de la peluca”, le digo cuando los veo en el bar. “Sí, qué bueno que me reconociste con mi pelo real”, me dice Tom.
Los chicos de VIYU son eslovacos y se conocieron por amigos en común en Bratislava, en un garaje, donde la banda que en ese momento tenía Daniel estaba ensayando. Tiempo después ambos se mudaron a Praga y perdieron el contacto, hasta que una tarde Tom en un tren se topó con Daniel. En ese momento, Daniel tenía una banda nueva e invitó a Tom a formar parte de ella.
“Esa banda no nos gustaba mucho… nos sirvió para conocernos pero era música en vivo, guitarras, batería, bajo… hacíamos una música más tradicional y además a los otros les costaba mucho ensayar, eran medio idos”.
La selección natural hizo que Tom y Daniel se encontraran solos con el proyecto y decidieran ir para otro lado. VIYU viene de combinar sílabas que sonaban lindas y únicas y sin ningún significado en particular: “Queríamos que nuestro nombre al menos no lo usara ninguna otra banda y fuera fácil que nos encontraran en Google”. Así, nacieron sus melodías de sintetizador, voz y guitarra que logran canciones impredecibles, sorprendentes porque pueden subir o caer en cualquier momento, oscuras pero muy potentes:
“A veces mostramos lo que hacemos a nuestros amigos y cada uno nos dice algo diferente, uno nos dicen que sonamos como The Cure o como Depeche Mode y nos quedamos como ¡no! ¡nada que ver!”.
A Tom y Daniel les cuesta definirse dentro de un género particular. Creen que en la República Checa aún el Rock y Pop definen la escena. Lo electrónico, si bien crece, tampoco los convoca, es una electrónica más bien de crear atmósfera, algo más calmo que no los llega a identificar: “A veces veo esas bandas, me tomo una cerveza, fumo, y me aburro… me voy, siento que todo suena igual, no queremos ser como ellos”.
Les gusta pensar en Morning como un conjunto de canciones con mucha energía: “Queríamos que fueran positivas pero a la vez oscuras… no queremos perder esa fuerza que nos sorprende, melodías bien arriba que después caen y tiene ese poder de desorganizar a los demás”. En cuanto a sus letras sienten que es más natural para ellos escribirlas en inglés, más orgánico, más fácil, más rítmico.
El armado del disco fue para ellos un proceso largo y difícil. Tom hizo las bases rítmicas – generalmente, en sus viajes a Bratislava en tren a la casa de su mamá – y luego Daniel se sumaba con sus letras y reciclaba lo anterior, toda una pareja creativa, como les gusta llamarse. Una vez que tuvieron listas las canciones pensaron en llevarlas a un productor, pero les dio miedo – por la experiencia con la banda anterior – terminar sonando diferente a lo que ellos querían: “Muchas bandas entregan sus trabajos a estudios pensando cuanto más pago mejor voy a sonar y no siempre es así”.
Tom y Daniel empezaron a buscar bandas que tuvieran una estética de mix similar y se inspiraron en varias bandas nórdicas de Suecia, Dinamarca y Noruega. También miraron muchos tutoriales de YouTube que los ayudó a mezclar casi todo su disco: una experiencia do it yourself que les llevó casi dos años.
Según ellos, tomar la decisión de ser independientes es un camino más difícil pero que tiene sus ventajas. A veces les cuesta estar en los line ups de los festivales o conseguir tours, pero saben que es mejor que tocar en lugares “x” porque los obligue una agenda de manager:
Una vez tocamos de soporte de una banda muy famosa pero no tenía nada que ver con nosotros… era de día, había mamás con bebés en carritos y nosotros con toda esa onda medio dark, tirando unos sonidos medio extraños… la gente nos miraba como “¿qué hacen estos dos acá?” y nosotros sentíamos que no teníamos que estar ahí forzando algo que no daba.
El arte de sus discos apuesta a imágenes naturales: atardeceres en el campo, bosques de pinos y médanos solitarios. Les gusta el efecto de contraponer algo natural, calmo y “positivo” a una música que busca despertar cosas, a veces, son más oscuras. Daniel piensa que esas imágenes le recuerdan a su vida de chico en los suburbios de Bratislava: “Cuando la ciudad se acaba y sólo se ve ese límite de árboles… no sé por qué me da mucha tranquilidad”.
Con Morning tienen algunos recitales en el verano en Eslovaquia y Praga, festivales y después esperan salir en tour y empezar a trabajar en el nuevo disco.
Al final de la entrevista, donde la cerveza le gana al café, me acuerdo que les quería preguntar por qué su primer disco se llama Morning.
¿Qué onda, les gusta la mañana?
Daniel: Un poco sí…
Tom: Todo se ve más fresco por la mañana, los colores, las luces, los árboles.
Daniel: Es nuestro primer disco y Morning lo expresa bien, es el primer momento del día.
Tom: Queremos que después salga otro disco y se llame Mediodía, otro Tarde, otro Noche…
¿Y después?
Tom: Y después adiós… nos morimos.
¡No se mueran VIYU que son jóvenes, talentosos y electro darks!
