RPM: Ritual De Lo Habitual de Jane’s Addiction

August 20, 2015

ritual-de-lo-habitual

Shadows of the morning light:
30 años de Ritual De Lo Habitual de Jane’s Addiction

Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_

En 1990 el panorama de la música Pop no era muy esperanzador. Al menos no en un nivel mainstream. La década que comenzaba no tenía una dirección clara. Jane’s Addiction representaba un problema y no parecían ser punta de lanza de nada. Como si fueran el reflejo del Rock en general. Tenían una fanbase importante, sí, pero Nothing’s Shocking, su álbum debut de 1988 no parecía que fueran a llevar a la banda a algún lugar seguro. Los sonidos producidos por Perry Farrell, Dave Navarro, Eric Avery y Stephen Perkins eran demasiado derivativos y vagos. Sonaban a muchas cosas, pero no lograban aterrizar ninguna de sus influencias.



Sí, Nothing’s Shocking es un buen álbum, pero le falta algo para llegar al altísimo nivel que la banda lograría más adelante. Por eso, desde su lanzamiento, Ritual De Lo Habitual resultó una sorpresa fantástica. La banda seguía teniendo ese sonido inclasificable, pero ya estaba encausado, el álbum sonaba a un amasijo de influencias claramente reconocibles, pero ya podías decir que sonaba a Jane’s Addiction. Ritual De Lo Habitual, incluso, está armado con cierta coherencia conceptual. Las canciones que suenan en el lado A (“Stop!”, “No One’s Leaving”, “Ain’t No Right”, “Obvious” y “Been Caught Stealing”) son el desmadre por sí mismo. Funk, Punk, nihilismo y fiesta. Es Rock and Roll en su estado más puro. Al voltear el LP, se descubre a un Jane’s Addiction inaudito, una banda en pleno uso de sus facultades, amarrados. “Three Days”, el punto más alto del álbum, son diez minutos y cuarenta segundos de Psicodelia y que pone la mesa para las siguientes cuatro canciones. Lírica y musicalmente está alejadísima de lo que acabamos de escuchar en las cinco canciones previas. Una historia de muerte, resurrección, sexo y excesos guiada por el hipnótico bajo de Eric Avery y resaltada por los tambores y percusiones de Stephen Perkins. “Then She Did…”, “Of Course” y “Classic Girl” completan el cuarteto de canciones más personales que Farrell haya cantado en su vida. La primera habla del suicidio de su madre, la última habla de la muerte por sobredosis de Xiola Blue, la amiga del cantante que protagoniza “Three Days”. Musicalmente, el lado B es lo opuesto absoluto a los sonidos catastróficos del lado A. En el lado B hay experimentación instrumental y coqueteos con el Rock Progresivo.

30 años después, Ritual De Lo Habitual, claramente dejó todo listo para la esquizofrenia musical que ha reinado desde la última década del siglo XX. Y eso, se agradece.

Post escrito por: Ernesto Acosta

Post Relacionados