Reseña: Daughter /// Not To Disappear

January 26, 2016

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Daughter
Not To Disappear
4AD
6.0

Por José Marr‏ @JR_Marr
CrazyRhythmsMusic

No se puede negar el impacto que The xx tuvo allá en 2009 y mucho de lo que propició posteriormente creando un estilo que en las manos y mentes equivocadas pudo haber dado resultados simplemente insulsos. Daughter podría ser el mejor ejemplo de cómo seguir bien por esa línea.

La banda que apareció en 2013 como una de las apuestas del sello 4AD que desde hace tiempo había comenzado a firmar propuestas bastante interesantes. Este trío fue llamativo por la forma en que ocupaba los silencios y el vacío como un instrumento más en favor de poner en primer plano la entrecortada y profunda voz de Elena Tonra, quien además de su privilegiada forma de interpretar, complementa con una sugerente manera de expresarse a través de las palabras así como letras de un gran peso en su mensaje.

Ahora bien, parece que el segundo paso en estos casos es bastante complicado. Con Coexist, The xx consistió en una regresión donde ante la intención de avanzar decidieron quitar elementos de su ya minimalista música lo cual recayó en un disco que fue menos sustancial y como consecuencia de menor éxito que el primero. Daughter ha tomado otra decisión, tomando la misma atmósfera condensada y calurosa pero decorando más el panel sonoro. Si en If You Leave se les etiquetó como Folk Rock, ahora podría decirse que Not To Disappear tiene más semejanzas con el Post Rock ya que hay mayor presencia de guitarras eléctricas así como también los ambientes tienen más efecto sobre la alteración de las canciones. El amor y la auto compasión son hilos temáticos perfectos para las letras y la música que emana de “Not To Disappear” y si a esto se suma que el grupo ahora trabaja más en armar picos de ruido épico que logran un clímax eficaz en algunos actos, el resultado son grandes momentos como “Mothers” donde Remi Aguilella muestra un poco más de fuerza en los platillos, en la misma forma la apertura con “New Ways” es conducida por riffs de guitarra prolongados que dejan un eco y un espectro por toda la atmósfera, pasando por “Numbers” con un magnífico hervidero de toms que mantiene la emoción a la expectativa de algún detonante en la trayectoria (sin embargo nunca ocurre).

Sin embargo, hay algo en Daughter que no termina por conectar con el oyente de forma convincente; y es que a veces es demasiado ensimismado con su densidad de ensueño y sus empantanados movimientos lentos. Poco hace por ser la música quien venga y atrape la atención, siendo al contrario el oído quien entre y se sumerja en él. Lo anterior queda evidente en un par de actos que se salen del guión para ofrecer momentos mucho más emocionantes que hipnóticos. Con “No Care” hay un nerviosismo palpitante por su tensa articulación de guitarra y su latido de batería que mantiene todo con el pulso poco más acelerado. En “Fossa” a pesar de sus casi siete minutos de duración las cosas resultan mucho mejor por sus cambios de ritmo que pueden pasar de ser un lapso de reverberación amena a tomar vórtices de propulsión con mayor atrevimiento en sus ejecuciones (“How” otro gran ejemplo), incluso la de Igor Haefeli, quien pasa de hacer riffs etéreos a finger-picking’s más luminosos.

Por ello Not To Disappear es desigual en sus momentos más altos y los más bajos, que como una fórmula conocida son canciones predecibles que de un punto A silencioso se dirigen a un punto B con un controlado desborde de ruido. Mas cuando se deciden a buscar qué hay más allá de dejar recaer casi todo en el epicentro que representa Elena Tonra, vislumbran momentos que tientan la fragilidad vocal con la profusión instrumental (“Doing The Right Thing“), algo que debe ocurrir sí o sí en su tercer disco.

Post escrito por: Jose Marr

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