Foto Guacamole Project
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Sólo tengo esta pinche stereo band
Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_
Plastilina Mosh siempre ha transitado entre un Pop menso-divertido y música seria y con tintes experimentales. Incluso dentro de la Avanzada Regia, que se destacó como movimiento porque cada banda a la que metieron en ese cajón sonaba única, ellos eran únicos. Recuerdo cuando hace casi 20 años, la reacción de muchos conocidos al comprar Aquamosh era de sorpresa y no en un buen sentido. Claro, todos esperaban que todo el disco fuera “Mr P Mosh” y no un amasijo de Jazz, Lounge, Ambient y Electro Funk. Jonás y Rosso estuvieron a nada de convertirse en un triste caso de one hit wonders cuando en el 2000 lanzaron Juan Manuel, uno de los discos más sub valorados de la historia del Rock nacional, que de rock tiene poco. En 2003, lograron encontrar un buen balance con Hola Chicuelos: un disco de 18 canciones en el que la mitad eran trancazos pegajosos y bailables y la otra mitad eran experimentos calculados que demostraban sus dotes de compositores y ejecutores. Este año, la Plastilina lanza su esperado regreso luego de diez años de ausencia y el concierto de anoche en El Plaza sirvió para ir calentando los motores.
No deja de ser llamativo que una de las bandas más propositivas y que más expectativas genera en la escena local sea una banda que este año cumple veinte de haber lanzado su primer disco. No sé qué diga eso de nosotros como público consumidor ni del ambiente en general. Es triste pensarlo, pero es una realidad. Las nuevas canciones, sin embargo, se quedan en el tintero como buenas ideas, pero nada más. Salvo “Rosso In The Sky With El Muertho” o “Tío Al” (que Jonás presentó como una deuda que tenían con ellos mismos como fans de Ministry desde hace 25 años), lo demás no suena a la Plastilina Mosh arriesgada, a la banda que igual te receta “Ode To Mauricio Garcés” para después poner a saltar a cualquier fiesta con “Afro Man”. Las nuevas canciones suenan a Plastilina Mosh haciendo covers de Plastilina Mosh, pero sin la chispa de antaño, sin ese encanto oculto de algo como “Boombox Baby” o “Banano’s Bar”, que anoche sonaron fantásticas. O sea que la banda ahí sigue, porque cuando voltean a su repertorio antiguo nadie los frena: el público no se prendió sino hasta la tercera canción, “Millionaire”, y coreó hasta los samplers en “Aló”.
Tal vez me estoy equivocando y el disco que viene sí va a estar muy cabrón ya que lo escuchemos en estudio. Ojalá que así sea. Nada me daría más gusto que Plastilina Mosh regresara a dejar las cosas en claro.
