Monterrey City Festival 2014 @ Parque Fundidora, Monterrey

Por @Lalecce /// Fotos Beno Ramírez

El viernes en Monterrey se sentía raro, la gente por acá no sabemos comportarnos cuando está nublado, menos cuando dos semanas antes estábamos raspando los 40ºC. Eso no era lo único raro, una ciudad en la que estamos acostumbrados a que “no pase nada” se preparaba para el capítulo uno, de tres, en la nueva era de festivales en esta ciudad.

El Monterrey City Festival abría la expectativa de gente amante de la música, literal era un line-up para los que “les gusta de todo”.

Día 1: El reinante EDM

El “bautizo” del festival lo ejecutaría Zanttos sin pena ni gloria, en el día menos “rockero” pero alguien tenía que prender el escenario. No me había tocado escucharlos y me agrada escuchar bandas jóvenes con propuesta de Rock tan sencillo pero enérgico y claro.

Muy a mi pesar, no pude ver a Cuatro Sobre La Luna, otra gran banda de Rock. Clubz se consolida cada vez más como acto en vivo; 60 Tigres y Miniature Tigers daban sus presentaciones antes un escenario a mediana capacidad. Creo que las propuestas “indie” del día viernes valían la pena pero al parecer el público tempranero del viernes eligió uno de los escenarios principales y no precisamente el Monterrey City Festival Theater.

Cerca de las 9PM Fleurs Du Mal abría el Tato stage. Si algo tiene la gente gustosa de la “música electrónica” es hambre de bailar, y FDM ayudó a eso, gente ávida de baile entregándose primero al dueto y luego a la presentación de Vera Bros., un live act que seguía calentando la fresca noche en la ciudad.

Luego fue el turno de Dannic, me encantaría decirles que estuvo increíble pero al no ser tan fan del afamado EDM opté por moverme para la presentación de of Montreal. El MCF Theater era un escenario pequeño ubicado en una área de pasto que ayudó mucho a presenciar de manera más amistosa una sencilla pero efectiva presentación de los estadounidenses.

Ahí me quedé esperando a Porter. Hace un año la banda había visitado la ciudad, en esa ocasión el morbo/expectativa de verlos se complementaba con nostalgia por la reunión. Ahora el escenario era otro, mucho más íntimo, lo cual ayudó muchísimo a hacer una de las mejores presentaciones del festival, y en lo personal, de las más memorables. Porter, sabe que fue y que necesita de ello para llegar a lo que quiere seguir siendo. Su setlist pasó de por todas las vertices de su pasado y presente. Gran presentación de los tapatíos.

Moverme a ver a Hardwell fue trámite para mi, pero el reinante EDM fue lo que movió a gran parte de los más de 10 mil asistentes del viernes y eso lo tenía que ver. Show impresionante digno de un headliner de festival y del considerado DJ #1 según la DJ Mag. Una bandera de México en la espalda y con “Suavemente” de Elvis Crespo fue como el neerlandés cerró el escenario Tato en un día que parecía caótico pero resulto muy divertido y exitoso.

Pero el primer día del Monterrey City Festival no terminaba ahí. Si algo le he admirado a Ezekiel es la capacidad que tiene de atrapar público nuevo. Algunos gustosos de su propuesta, otros curiosos y otros que simplemente querían esperar que el mar de gente “post-Hardwell” pasara fueron la audiencia del último acto del primer día del festival.

Día 2: Deftones, el caballo blanco vestido de principe azul

Organizadores, público y prensa sabíamos que el día dos era el más esperado y por lo tanto el que mayor afluencia tendría.

Temprano, y mucho más apegado a los horarios originales, empezaba Man & Bear, banda chihuahuense con más Folk amigable y buena onda, adecuado al tímido sol de esa hora.

Las presentaciones que le siguieron contaron con la misma suerte del abridor, semi vacías pero llenas (llenísimas) de calidad y propuestas buenas. Mis favoritos y dignos de recomendación: Cordelia & The Buffalo (Girlie Folk con buena onda), Mainland (baile seguro) y The Mud Howlers (muy buen Rock).

Subiendo un escalón hacía el mainstream tocaban Little Jesus, en Tato Stage, y Bomba Estéreo, en el Nico Stage. Ambos bien pero también fueron víctimas de la aún escasa cultura del festival. Llegar temprano a ver bandas “nuevas”.

Nos ponemos “críticos” con Wooden Wisdom. El dueto, donde Elijah Wood es el 50%, vino a poner música sin pena ni gloria, nada. Nada es épico, nada es memorable más que el ápodo en redes sociales “Dj Frodo”. Las preguntas en la rueda de prensa giraban más entorno a su vida de actor que a su propuesta. Buen tino del festival traerlo. Repito, buenas o malas, son propuestas nuevas y/o diferentes y eso siempre se agradece.

Vicentico bien, sin nada que celebrar pero mucho que aplaudir. Entiendo la parte comercial, incluso el orden “natural” que deben de llevar los horarios pero la trayectoria del argentino merecía un “mejor” horario.

Charli XCX se subía al escenario ya un poco caída la noche. Esta chica maneja muy bien el escenario ya con un público cautivo por medio de canciones propias pero “prestadas”, como “I love it” o “Fancy“, y “Boom Clap” o “You“, fue como se empezaba a sentir la adrenalina del día 2.

Esperar algo más que coreografía y potentes bajos de Azealia Banks era injusto. La presentación prendió lo suficiente como para mantener la euforia millennial que mantenían canciones como “No problems“, “212” y “1991“.

Los actos millennial habían terminado, era turno de los “treinteens” para disfrutar de sus bandas. La primera: Travis.

Los escoceses dieron otra de las más memorables actuaciones del festival. Hasta el clima y la luna estaban del lado de la banda. Recorrido de ida y vuelta por su discografía. Memorable de principio a fin, a “Flowers in the window” sólo le sobró gente para ser perfecta (en mi caso, al menos) y “Why does it always rain on me?” fue cantada más fuerte que el himno nacional en una asamblea. Con estas dos canciones, Travis cerró su presentación dejando a todos con una sonrisa en la cara.

Bone Thugs-n-Harmony nos enseñó como se debe de escuchar el Hip Hop, y sobre todo, como se debe de escuchar en vivo. Una soberbia actuación que nos acercó lo más que se puede a lo que hubiera sido ver en vivo a Biggie y 2pac.

Mientras tanto, y sin una presencia tan constante de su servidor, Plastic Plates, Goldroom y Poolside hacían bailar a los presentes del Monterrey City Festival Theater. Haciendo hincapié en el live act de Poolside el cual era esperado por la gente, la cual al parecer esperaba otra cosa. Presentación casual la cual tuvo el único pecado de empalmarse con Travis.

De vuelta a los escenarios principales, le tocaba presentarse a la que, según encuestas entre conocidos, era la banda más esperada del festival: Deftones. No creo que se haya quedado fuera ninguna canción “esperada” (omitamos “Back to School“). La sensación de recibir un premio por parte de la audiencia con lo que estábamos viendo/oyendo se convirtió en mutua con la banda. Monterrey pasó de ser una ciudad más en el tour a convertirse en una presentación que marcó a la ciudad. No recuerdo una comunión tan armónica entre banda y público de esta ciudad, al menos no en los conciertos que me ha tocado presenciar y menos en el pasado reciente. Al final creo que la Chino Moreno y compañía dimensionaron la importancia emocional que representaba para los regios tenerlos en esta ciudad. Después del repaso discográfico, el encoré terminó con “7 Words“. Para este que les escribe, fue una presentación épica.

La felicidad de mi sábado se vio apocada por la cancelación de Chet Faker. En otra ocasión será.

Por lo pronto había que caminar 20 metros para movernos al otro escenario principal y tener la “palomita” de ver a una banda legendaria como Def Leppard. Los británicos tenían la tarea de superar en emoción lo hecho por Deftones. No lo lograron y no parecía importarles. Def Leppard dio un show para sus fans. Excelentemente cuidado, no tiene ni un solo defecto, todo es perfecto. Visuales, iluminación y la ejecución ni que decir, asombroso. Nadie está obligado a quedarse a ver a una banda que no gusta pero casi por respeto a la historia Def Leppard debió haber tenido más gente.

El festival terminó en el Monterrey City Festival Theater con una asombrosamente bailable actuación de The Magician. De esas que te hacen preguntarte dónde es el after, por más cansado que estés.

Día 3: Se confirma la Unión de Culturas

El Parque Fundidora es una paseo recurrente para la gente en Monterrey. Mucha de esa gente ni concebia la idea de que en su paseo dominical iba a encontrar un festival de música; y mucho menos que antes de las 3 de la tarde el acceso fuera gratuito.

Mientras Los Rojos y su cumbia texana hacían bailar en el Tato Stage; MOTHXR, banda de Penn Badgley, amenizaba el Monterrey City Festival Theater. Sobra decir que elegí cubrir a este segundo por el simple hecho de que daba menos el sol de las dos y treinta de la tarde. La banda del actor (porque para los que no sepa, el vato salía en Gossip Girl) es buena. No es la banda que el mundo esperar pero definitivamente cayó muy bien para esa hora del festival.

Poco quedaba del “lodazal” de los dos días anteriores. El acceso libre había hecho un tráfico agradable en los escenarios. Presentaciones de Emilio Navaria, Caloncho y Ana Tijoux dividían y complacían a la gente que se juntaba en los dos escenarios.

A partir de la presentación de La Vida Bohéme fue cuando decidí quedarme, al menos un rato en el Monterrey City Festival Theater. Ahí comprobé que los venezolanos son un gran acto en vivo.

Siddartha fue, para mi gusto, el mejor acto del día. La hora, la cantidad de gente, el hecho de que fuera domingo (canción que obvio tocó), es más, hasta la posición del sol. Siddartha ya está consolidado como un referente de la escena nacional y vino a demostrarlo. Linda presentación que se volvió aún más emotiva al invitar a Caloncho a cantar la memorable “Loco”.

De regreso al escenario principal, Morenito de Fuego estaba iniciando su acto. Ya eran las 8 de la noche y el sol había cedido. Tengo la fortuna de conocer al Moreno desde hace años y ver su escenario con cientos de personas me hizo disfrutar aún más la presentación. A Morenito le gusta complacer a la gente y la gente se lo agradece y le responde. Buena presentación. Mención aparte merece su banda, todos con una calidad comprobada.

En ese mismo escenario era el turno de Los Cafres. Todos sabemos que una de las escenas más fieles es la del Reggae y eso se vivió la noche del domingo. El público celebraba cada canción cual canto religioso. Sin ser muy fanático del género creo que descubrí que el domingo por la noche es buen tiempo para disfrutarlo.

Cerrando el festival estaba La Mala Rodríguez. Los pies ya no daban pero las ganas de ver española eran muchas. De igual manera que Los Cafres, La Mala tenía fieles seguidores coreado cada una de sus canciones para así cerrar las actividades del Monterrey City Festival.

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Domingo casi lunes, dos pares de tennis llenos de lodo y bronceado de plaza pública era el precio pagado por ser parte del primer capítulo de un festival que a pesar de tener muchas cosas que mejorar todavía le quedan más por aportar. Aplaudo el valor del line-up porque sí contar historias es difícil, hacerlas es aún más y el Monterrey City Festival está empezando a construir una que espero, por el bien de mi ciudad putativa, dure muchos años.