Por Jesús Hernández Olivas
Chamaco, traes un bajón, andas malpasado, te dio la mano negra y despertaste en casa de Nosabesquién, babeando como animal y con una melodía bárbara en la cabeza, retumbando dolorosamente como un bajo sintetizado, mezclado con la noche lisérgica que pasaste.
Ya deberías dejar la pisteada, chamaco, no te ha traído nada bueno, nomás ese apodo tuyo: Wyno. En una ciudad como ésta, Juaritos, a la vuelta de la esquina te puede levantar una troca o te pueden filerear, si bien te va.
Tú dices que no pasa nada, que te la pasas bien con esa pandilla tuya, los Lowers. Mejor échale ganas a la escuela y termina la preparatoria de una buena vez. Chamaco, esta ciudad está cabrona, cuídate cuando salgas de noche, cuando camines de día por un barrio marginal, pero sobre todo cuídate de la sequía musical que la asecha.
No te vayas a los raves, chamaco, eso ya está obsoleto; aunque haya tantos en la ciudad, no son más que fiestas con sabor a agua estancada y vieja. Mejor fúmate un gallo con tus amigos, acá tranquilo y sin hacer mucho aracle, para que te inspires y sigas haciendo esa música que tan bien te sale.
Acuérdate de todos los discos que escuchabas, chamaco, desempolva esos álbumes de Boards of Canada, Four Tet, Goldie, Mouse on Mars y Aphex Twin. Escúchalos hasta el cansancio, verás como en la grifa suenan mejor, los sientes de manera distinta. En una de esas terminas siendo como uno de ellos, con tu propio disco. Imagínalo.
Aviéntate esos tracks, que sean nueve, todos con ese humor ondeado y melancólico a un mismo tiempo. Pídele a tu hommie el Nesstrak que te haga un remix, quedaría chingón, hasta bailable. Escribe una canción de despedida, profunda, trascendental y hermosa; que te sirva como excusa no sólo para cerrar el disco, sino para poner fin a un ciclo de tu vida.
Que no te importe si alguien no los entiende o incluso los etiqueta como “dubstep” o de cualquier otra forma; tú sabes, chamaco, que es un homenaje a esta etapa de tu vida, a la maría, a los gatos, que tanto te gustan por misteriosos; a la ayahuasca y la espiritualidad adolescente, para que dentro de unos años puedas recordarlo todo como una risa incontenible, no como herida en el desierto.
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Instragam
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Escucha: Wyno /// Meow LP
