Rufus Wainwright @ Auditorio Blackberry

May 8, 2013

Roja
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Por: Chulo Castizo /// Fotos: Roja (Claudia Ochoa)

Dentro del amplio universo musical se encuentran artistas al alcance de un público experimentado en sonoridad barroca u operística, pero que en cualquier caso de una apabullante belleza en tratos directamente proporcionales al entusiasmo que provocan sobre el escenario y que trascienden más allá de los gustos preponderantes que se escuchan en las radios convencionales o en ciertos circuitos, por lo que alcanzan cotas de popularidad y éxito que difícilmente se darían en otras circunstancias.

Afortunadamente nuestra ciudad acogió un evento del que probablemente sea uno de los compositores más lúcidos y elegantes a la hora de componer y fusionar energía con su audiencia, tal y como afirmara el músico Elton John en unas declaraciones tiempo atrás.

La cita a la hora señalada en el Auditorio Blackberry comenzó sin preámbulo ninguno, con un patio de butacas medio lleno (o medio vacío, según quieran entender), pero que daba un amplio margen para el gusto y el deleite, aspecto que se debe agradecer, porque era la primera vez que Rufus Wainwright se presentaba en México.

Decidido a gustar desde el primer momento, sus temas se fueron sucediendo mayoritariamente al piano, y en otras cual solista a la guitarra mostró su genética folk, y que como dato curioso, nos presentó en sociedad su nueva adquisición en Japón, una guitarra acústica Hello-Kitty, mientras alternaba en petit comité fragmentos de su vida, del fallecimiento de su madre a su vida como marido y como padre, y otras experiencias vividas, como su encuentro con Jeff Buckley poco antes de fallecer, y que en un primer momento no le agradaba por pretencioso, pero que sintió su pérdida como el genial artista que era, y así, en pequeñas dosis, fue intensificando su repertorio siempre en su línea sencilla e intimista, cantando como pocos y haciendo sentir a todos.

Durante una hora y media supo atrapar al auditorio, presentando su más reciente LP Out of the Game (Decca, 2012), con una soberbia interpretación e inapelable calidad vocal, además de completar el set con canciones de prácticamente toda su discografía: House of Rufus (2011), All days are nights: songs for Lulu (2010), Release the stars”(2007), Want two (Geffen, 2004), Want One (Dreamworks, 2003), Poses (2001), y Rufus Wainwright (1998).

Sin ningún género de dudas es un artista que gusta disfrutar en un ambiente distendido, relajado, en calma y en buena compañía.

Post escrito por: Chulo Castizo

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