Por Brenda Brown, corresponsal en Berlín, Alemania
Fotos Beatríz Barragán
Al elevarse la temperatura climática en Alemania también se eleva con ella la cantidad de ofertas culturales. La más destacable de este pasado fin de semana fue el Carnaval de las Culturas (Karneval der Kulturen) que atrajo en Berlín la atención de miles de turistas y la participación de los capitalinos entre el 6 y el 9 de junio. El Carnaval se define por ser un gran festival organizado por diversas naciones que radican en este país, para expresarse en términos musicales, culinarios, rítmicos y literarios entre otros.
De las actividades más visitadas del programa destacan el desfile festivo que cruza dos barrios relevantes que son Kreuzberg y Neuköln y los cuatro foros que presentan a más de 100 bandas para enfatizar la gran celebración cultural cuyo principal objetivo es exponer las riquezas culturales de otras naciones para concientizar creando unidad y tolerancia por medio de la pluralidad social.
Parte de esta pluralidad se ve reflejada también musicalmente en una de las bandas que el pasado 9 de junio provocó poner a bailar de modo entusiasta y con gran éxito al público heterogéneo que se sintió atraído por su ritmo de pop latino.
Ya Puso La Marrana es un grupo berlinés cuyos integrantes provienen de diversos países logrando armonizar sus raíces por medio de la música. El grupo está integrado por múscos provenientes de México, Cuba, Argentina, Suecia, Colombia y Alemania que se define así mismo como un grupo latino que pretende transmitir su goce nativo a todo tipo de público.
El cantante y compositor mexicano Ricardo Grijalva comenta que principalmente pretenden encontrar la conexión en la que se sientan identificados el grupo con el público e interactuar juntos para olvidarse mutuamente del estrés cotidiano y unificarse por medio del baile y el canto.
Temas como “Noche escandinava“, “Tu sonrisa es verano“, “Bendita la tuerca“ o “Cumbia de los luchadores“ delatan su gusto internacional presentado en uno de los foros de este Carnaval de las Culturas, logrando con ello sacudir corporalmente a sus espectadores hasta olvidar las altas temperaturas o tal vez tensiones laborales y sentimentales transportándolos a un espacio rítmico lleno de sabor internacional y pachangón dominguero.
Y así finalmente se cumplió el objetivo de la heterogeneidad social, cuyos resultados fue un gran manjar cultural donde especialmente y una vez más la música sirvió como gran herramienta de integración, identificación, interrelación y conjugación cosmopolita.
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