Reseña: The Charlatans /// Modern Nature

February 13, 2015

The-Charlatans-Modern-NatureThe Charlatans
Modern Nature
BMG Records
8.0

Por José Marr ‏@JR_Marr

Es fantástico atestiguar cómo una banda con más de 20 años de carrera no se escucha “vieja” ni cansada, al contrario, fresca y con total dominio de su estilo, y The Charlatans es quien puede dar fe de esto. A pesar de haber sido eclipsados por el cuantioso deubt de The Stone Roses un año antes de su debut Some Friendly, la carrera del grupo liderado por Tim Burguess se mantuvo aunque fuera de los focos de la corriente principal, constante y en perpetua reinvención. Odio admitirlo, pero desde 1990 The Charlatans no ha tomado mayor relevancia; son quienes lograron vivir algo de aquellas épocas los que les tienen un aprecio que sigue perdurando. Sin embargo, lo que llama mi atención con Modern Nature además de lo señalado al inicio del texto, es el regreso del grupo tras dos hechos importantes: el primero, el disco solista de Tim Burgess en 2012 (Oh No I Love You) y el segundo, el fallecimiento de Jon Brookes el año pasado quien era baterista del grupo. Estos dos acontecimientos han llevado al grupo a dar continuación a Who We Touch, (2010) el álbum más Rock de su carrera, y tras saber su vuelta con un nuevo álbum la incógnita estaba en el aire.

Pero para regresar y hacer “canciones que los hicieran felices” (palabras de Tim Burgess) ante la perdida de su compañero, no lo han hecho solos, y alrededor de Modern Nature se suman tres nombres ajenos a la banda; Pete Salisbury de The Verve (batería), Stephen Morris de New Order y Gabriel Gurnsey de un trío electrónico de DFA Records llamado Factory Floor, a simple vista perfectos agregados que suman puntos favorables a The Charlatans, y lo hacen. Modern Nature es una suma fresca y bastante amplia de mucho de lo que han hecho en su carrera. No hay que engañarse, no es a la altura de sus comienzos, pero sería ilógico pensar que intentan recrearlo, pero lo traen a escena de una forma bastante atractiva y matizada de modernidad como en “So Oh“, una cascada sonora con cualidades Pop sencillas y pegadizas, con su órgano Hammond hipnotizando desde la parte trasera aliado de ese blanco fondo acústico. Es como The Charlatans suenan intactos en esencia, pero más adultos y mesurados. “Come On Baby” y “Emilie” que a pesar de sus coros y ritmos altos, no obstruyen el mood nostálgico en el canto de Burgess, es notable el trabajo con los teclados/pianos/órganos que siempre está presente y la forma en que estos logran darle otra temperatura y color a la música, las ocasiones en que se deciden por la batería natural o la caja de ritmos así como las apariciones de la guitarra acústica en favor del mismo motivo que los teclados (“Trouble Understanding“) y es que en sus momentos de mayor exquisitez la música raya casi en esa fusión entre el Jazz y el Lounge (“Lot To Say“).

Desde la linea del párrafo anterior parte también “Talking In Tones“, refugiada en un ambiente sombrío de sonidos glitch y loops de batería, pero se enfila sobre la guitarra hacia su ascendente coro. Éste junto con “Let the Good Times Be Never Ending” son dos de lo momentos que más se aventuran, en especial porque esta última agrega elementos ligeramente psicodélicos pero sobre un medio contratiempo, bajo medular y estribillo célebre que le dan un sentido Disco bastante bailable. Desde un punto de partida de pérdida, The Charlatans ha hecho un disco que se muestra triste cuanto se puede mostrar, pero musicalmente bastante completo, con ejecuciones limpias y lúcidas, así igual interesante por su contenido y no sólo por ser una banda sobreviviente del Brit Pop, tanto así que me atrevo a decir que es su mejor disco desde Some Friendly en 1990.

Post escrito por: Jose Marr

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