Kawabata Makoto @ Teatro de la Ciudad

March 19, 2015

kawabata1

kawabata2

kawabata3

kawabata4

kawabata5

kawabata6

Por Diego Álvarez Rex
Fotos BigIdeas (OzCorp)

El día por fin llegó y pocos supieron qué fue lo que les pegó; el guitarrista, violinista y multifacético compositor de Osaka regresó a nuestra capital y lo hizo por la puerta grande: un apoteósico recitan de Kawabata Makoto en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris.

Al entrar a la sala principal del recinto era inevitable contemplar la enorme pantalla detrás del escenario y apenas imaginar lo que las proyecciones de Gabriel Santamarina complementarían durante la noche y, antes de indagar en detalles, es también preciso rescatar que el evento fue meticuloso en cuanto a ofrecer un concierto simple y sencillamente bien hecho: en que las proyecciones sucedieran de manera puntual y no se diga de la calidad del sonido que era preciso fuera tanto nítido como estruendoso.

Pasaron unos cuantos minutos después de las 9 de la noche y con la planta baja y el primer piso prácticamente llenos -cosa tanto sorprendente como muy grata para un artista cuyo último evento y con banda completa en nuestra ciudad fuera en un pequeño foro para no más de 500 personas-, la inconfundible figura de desaliñada barba y cabellera tomó tanto asiento como instrumento para calentar lo que se volverían llamas musicales que nadie podrá olvidar en un buen rato.

Partiendo de piezas que han sido lanzadas en distintos lanzamientos tanto oficiales como no oficiales del músico, como “Subjection of Drone” o “Son”, la retroalimentación de las bocinas en armonía con la libre improvisación de acordes y manipulación de los mismos, cambió tanto en forma como color, de la mano de imágenes del un Japón oculto y poco usual; material de video nunca antes visto en México con sonidos que no se volverán a repetir.

Algo muy interesante es que Kawabata no dejó espacio entre piezas como sí se tratara de una sola masa musical que iba y venía pero jamás se apartaba de uno, con todo y la inclusión de una de las piezas más emblemáticas del colectivo al que pertenece, “Pink Lady Lemonade” de Acid Mothers Temple que como era de esperarse fueron reconocidos sus acordes de inmediato siendo recibidos con humildes aplausos que fueron breves para evitar interrumpir.

Después de hora y media que muchos jamás sintieron cuándo pasaron, el músico se levantó para hacer sus respectivas reverencias y agradecimientos y abandonar la sala para luego regresar y apretar manos en agradecimiento; una travesía para Kawabata que dio frutos en nuestro país no solo para quienes fueron a este concierto sino porque fue el cierre de una travesía para el japonés que incluyó un dos festivales y colaboración con músicos mexicanos.

Que suerte poder de alguna manera haber sido parte de esto.

Post escrito por: Josuelo

Post Relacionados