Reseña: Blur /// The Magic Whip

April 30, 2015

blur-the-magic-whipBlur
The Magic Whip
Parlophone
8.4

Por José Marr ‏@JR_Marr

Antes de iniciar, hay que retomar la historia cuando meses antes de la publicación de Think Tank, la relación entre Graham Coxon y Damon Albarn ya estaba bastante desgastada. Terminó por alejar al guitarrista del grupo y eso llevó al resto de integrantes a terminar dicho álbum sin un miembro clave. Para gran parte de los seguidores, no se trataba del mejor disco de Blur, sino uno, donde ya no había demasiada solidez, en demasía ecléctico mas no de la mejor manera; y es que hay que decirlo, Damon Albarn ya estaba más preocupado por su próximo álbum de Gorillaz (Demon Days) y Graham con la tarea de despegar como solista. Entonces sin una separación oficial, ahí quedo el nombre de Blur, varado. Los años pasaron y “Fool’s Day” revivió la esperanza en 2010, pero sólo se trató de la conmemoración del Record Store Day, no obstante la canción dejaba ver que la química grupal y compositiva de Blur aún estaba ahí, intacta, y que el receso y el desarrollo de carreras solistas de Albarn y Coxon había hecho madurar su estilo, cosa que se reafirmo flagrantemente con “Under The Westway” y “The Puritan“, el maravilloso y universal single doble en 2012 con el cual también se reactivaron las giras para el grupo y esto se encaminó hacia la elaboración de su octavo disco de estudio The Magic Whip.

Fue así que las divergencias se terminaron, nada podría dejarlo más en claro que “Lonesome Street“, donde esa hermandad del Blur poco educado de Parklife se hace presente en la guitarra discordante y altisonante de Coxon sosteniendo los aforismos de Albarn, dando vida a esa magia Pop tan fácil pero memorable, donde por mucho se percibe de nuevo la unión colectiva. Eso lo muestra también “Ong Ong” en tres minutos relajados pero que alcanzan a crecer en una celebración en la cual tanto la banda y su público pueden participar en el himno más claro del disco.

La clave aquí recae en dos factores: el primero es que a pesar de que “The Magic Whip” es un álbum variado por su mezcla del simbolismo chino (el álbum fue grabado en cinco días en Hong Kong) y su natalidad inglesa, Albarn y Coxon han madurado lo suficiente como solistas para llegar mucho más precisos y correctos aquí, ofreciendo lo mejor de lo que inlcuso se pudiera llegar a predecir. Lo segundo yace en que Stephen Street, su productor que se encargó de sacar sus mejores años es quien ha dirigido todo este nuevo esfuerzo.

Sin embargo, en donde es realmente perceptible el avance del grupo y la maduración es en “There Are Too Many Of Us“, el track más imponente del disco donde Albarn no deja de lado su visión cruda y general del mundo pero a diferencia de un tema como “Under The Westway“, ahora no se tienta el corazón para ser más cruel al plantear la sobrepoblación del planeta con una actitud y cántico estoico. Musicalmente la canción crece fuerte, aunque sin muchos cambios, la marcha militar, el recubrimiento de teclado laminado y los mordaces golpes de Rowntree, James y Coxon le dan identidad a tan grande canción. Incluso cuando temas como “My Terracotta Heart” (donde la letra hace referencia a los momentos complicados que vivió la banda) o “New World Towers” tienen más parentesco con los proyectos paralelos de Albarn (The Good, The Bad & The Queen y Everyday Robots) se agrega de buena manera el complemento instrumental de sus compañeros y ayuda a perfeccionar su melancolía singular.

Dicho todo esto, los otros temas se perciben como versiones mejoradas y actuales de lo ya conocido, “Go Out” por ejemplo, trae a la memoria temas como “M.O.R.” o “Music Is My Radar“, pero la invención está en el juego con los teclados que encriptan cierta influencia estética traída de Hong Kong, y con todo eso, la ejecución en la dentada guitarra de Coxon, el musculoso bajo y los firmes golpes de batería se mantienen a raya, a pesar de lo poco aliñados, con la interpretación vocal, desde los fraseos sonámbulos hasta el cambio de humor histérico que la canción llega a alcanzar. La explosión Punk y bailable en “I Broadcoast” no descuadra aún con su parentesco a temas como “Crazy Beat” (el cual si se percibía como un acto forzado en Think Tank), y es que The Magic Whip es lo suficientemente amplio y aún así conectado, que permite igual cortes como el ya mencionado “I Broadcast” así como también el senderísmo con destino épico y la introspección electrónica de “Thought I Was A Spaceman“, lo mismo por parte de “Ice Cream Man” con su electrónica molecular o “Ghost Ship” con su adición al Reggae.

No hay duda que The Magic Whip es un regreso poco menos que triunfal, que bien puede cumplir en consagrar la discografía de Blur, y es que algo aún más importante, este trabajo conserva la identidad de la banda en el núcleo al tiempo que permite que ideas que no fueron bien marcadas en sus últimos años como banda así como las adquiridas en sus carreras solistas, lleguen a este 2015 como combinaciones maduras, más sensatas y con la obtención final de un nuevo sabor. Si algo me queda por agregar es decir que, si este ha de ser el último disco de Blur, no queda más que aplaudir por regresar 12 años después y sentenciar con un digno y magnifico final.

Post escrito por: Jose Marr

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