Reporte MHR desde Berlín: Alice Phoebe Lou

August 23, 2017

Foto Romy Maxime

Por Brenda Brown, corresponsal en Berlín, Alemania

La estación del tranvía llamada Warschauer Straße (la calle de Varsovia) representa no sólo la estación base para conocer una de los tantos rincones pintorescos de Berlín, sino también es un escenario para experimentar algún evento inesperado, ya sea para presenciar una pasarela de personajes eminentes, ver negocios clandestinos o ser testigo de algún conflicto interpersonal pero sobre todo para ser parte de extraordinarias presentaciones desde artistas independientes entre DJs, raperos, hasta música balcánica robando repentinamente la atención de los peatones bloqueando el estrecho paso que desde hace unos años se ha convertido en uno de los foros públicos más relevantes de la ciudad junto con el Mauer Park.

La estación se avecina tanto al histórico Muro de Berlín como a diversos bares, restaurantes, clubs, un mercado de pulgas y conecta con vías de transporte importantes haciendo imposible evitarla hasta en días ajetreados.

Es allí donde la cantautora sudafricana Alice Phoebe Lou eligió ese estrecho y detonante rincón para esparcir su música mitigando el ambiente a un espacio sereno en medio del tumulto. La prisa desaparece, el roce de los rieles también y se crea un círculo de contemplación e hipnosis.

Foto Hollie Fernando

Alice Phoebe Lou deja su país natal después de conocer la vida artística callejera de París. El camino inicial fue la danza hasta que puso en práctica sus conocimientos musicales que ya traía desde su infancia en las calles de Berlín.

Al principio sólo la acompañaba una guitarra y su amplificador hoy en día se presenta en grandes festivales, teatros, catedrales y planetarios no sólo en Berlín sino en el mundo entero. A pesar de que varias discografías de renombre la persiguen, la joven cantautora se rehúsa a esclavizar su música a la industria musical decidida a mantenerse intacta (tanto ella como sus canciones) de influencias comercializadas y preservar su naturalidad y transparencia. Afirma que su música tiene que ser tangible y parte de su filosofía consiste en conectar con el público y compartir sus temas sin algún interés comercial de trasfondo. Es por eso que prefiere escenarios más reales a los masivos ya que en la calle la música es accesible a todos sin importar la edad, el género o la condición social y sentir a la audiencia presente.

Por el momento se encuentra de gira en Estados Unidos presentado su último proyecto llamado Orbit, sin embargo siempre regresa a su segunda patria en Alemania para hechizar los foros callejeros con gamas celestes y disminuir con acordes cósmicos la velocidad de los pasos de la agitada ciudad y brindarle a ese rincón de la Warschauer Straße un tono colorido que se enlaza con las memorias de este caótico pero histórico lugar.

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Post escrito por: Brenda Brown

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