Foto César Vicuña (OCESA)
Foto César Vicuña (OCESA)
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Foto César Vicuña (OCESA)
Sam Smith @ Palacio de los Deportes
He’s not the only one
Por Lecce
Les sonará lógico que ir a conciertos sea de mis cosas favoritas en la vida. A algunos voy con más ganas que a otros y el de ayer he de confesar que acepté más por impulso que por ganas legítimas de ir.
Uno tiene que llegar con anticipación y en lo cabeza solo pensaba: “¿Qué puede ser diferente a lo que me platicaron del anterior?”, “El de Monterrey se veía meh”, “Creo que me se cinco, me voy aburrir”, y es aquí, querido lector, donde la vida me sigue cacheteando después de mis 30.
Ya seguramente vieron que si la estructura de escenario es un prisma y una tarima triangular, bueno también había muchxs fans grite y grite, bueno pues, se apagó la luz y en el escenario empezó la magía: Sam Smith en una silla empieza a entonar “Burning” e hizo que el inglés tuviera toda mi atención y antes del segundo track ya traía mi ánimo.
En “I’m not the only one” me di cuenta que había demasiado amor en ese concierto, me es indescriptible, no era una cuestión de fan-artista, era integral, era una promesa de lealtad y amor mutuo durante los minutos que estaban por venir.
Para “Lay Me Down” me di cuenta que los discos no le hacen justicia a la voz de Sam Smith. Sin ser fan de la canción creo que esa era la primera vez que me emocionaba.
“I sing because I’m happy” y “Omen” sirvieron para demostrar que eso era un show integral donde la mamá de la quinceañera emocionada no iba a extrañar nada a Emmanuel y Mijares (juntos por milésima vez).
El lapsus bonito/reflexivo vino con ‘”I’ve told you now“, “Writing’s on the wall” y “Latch“. He de confesar que pensé que el show empezaría a llegar a lugares comunes y mi emoción inicial era falsa pero tuve un upper para mi clavadez con la versión en vivo de “Money on my mind“, otra envidiable de ver en vivo. Si usted es muy fan lo quiero felicitar, que bonito canta su artista su canción esa de “Like I can“; tercera emoción de la noche.
El show avanzó con dos tracks (ver setlist) con tracks dignos de Motown: “Say It First” y “One Last Song” que tuvo hasta sesión coreográfica, todo muy bonito pues. Mientras sonaba “Midnight Train” había una niña, de no más de 20 años, que me juraba que esa era su canción… (vean la letra y corran lo más lejos que puedan de esa morra)
Para “HIM” había algo organizado por un club de fans. Imagínate que eres Sam Smith y le escriben una canción a su papá donde básicamente le dices pues que eres gay. Luego imagínate que estás en tu concierto en la CDMX y muy concentrado ves a tus músicos mientras inicia esa canción que dije arriba. Bueno, ahora imagínate que volteas y ves que tus fans te armaron la bandera LGBT armada con papelitos pegados en las luces de sus celulares. Smith reconocería más tarde que estuvo a punto de llorar en más de cuatro ocasiones, seguro esa fue una.
Lo predecible que fue cerrar con “Too good at goodbyes” sólo es personable por el outfit digno de El Principito con el que inicia el encore para “Palace“, “Stay With Me” y cerrar la noche con la hypeada “Pray“.
Como lo dice en el título, el muchacho Smith no es el único con talento, no es el único que ama o sufre, ayer había miles de fans que aman y sufren en la vida lo mismo que sus canciones. Pero ayer me di cuenta que el amor sí es una muestra única de armonía y convivencia.
Grande Sam Smith.
