Foto Manuel Castillo @MrCastleManu
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Por Diego Álvarez Rex
Fotos @MrCastleManu
Sábado por la noche y la fiebre de Rock N’ Roll hasta el tope. Expulsados en la capital mexicana traídos directamente desde el barrio de Banfield para dos noches celebrando 25 años de trayectoria, ¿estuvo el Gato Calavera listo para la fiesta?
Un obligado para los amantes del Punk Rock argentino, quienes para el regreso de este cuarteto tan querido se congregaron desde muy temprano largas filas de amigos portando camisetas de conjuntos como Flema, Vamos Perdiendo y Bulldog más la obligada casaca “ramonera” en honor a los héroes de todos los presentes. Arrancando con dos bandas invitadas, los ecatepequenses de Vlazer más los locales Postal, estos últimos huyeron al ver las descontroladas ansias del público de ver a Sebastián, Nano, Alejandro y Gabriel en escena.
Pasadas las 11PM, los fichados por Pop Art no pierden tiempo y se dejan ir con “Gato en la basura”, “Ruido en el sótano” y “Se fue a Berlín”, con los que el slam con cerveza en mano arrancó para jamás parar. Una tras otra sin mucho que decir entre tema, Sebastián agradeció tal entusiasmo por verles: “Está increíble como tan lejos de casa se siente tanto aguante, ¡gracias, locos!”, y seguir la tormenta de temas como “Cero en conducta”, “Mi novia es una zombie” y como era de esperarse, una reversión a Ramones “Scattergun”.
No hubo espacio para barras de futbol, riñas entre desconocidos o tonterías que en veces suelen arruinar los recitales, sino que pura celebración musical con más de una hora y casi una treintena de canciones. “Enfermera vudú”, “Lo sé, no lo sé” y la pieza “California Sun” de Joe Jones en versión Punk neoyorquino. Siempre ir a conciertos de Punk Rock sudamericano es una celebración comunal donde el que no esté cantando es porque no está poniendo atención.
Cerrando con “Baile de graduación” y la obligada “Tarde de sol”, los nacidos en Buenos Aires se despidieron con la promesa de un recital totalmente diferente al día siguiente, y sí los chicos que el sábado se acabaron las gargantas en el bar aún guardaron algo de energías, seguro al día siguiente dejarían todo por los Expulsados.
