Foto Brian Zajak
Por Ricardo Hernández Salinas @kh40ss
Uno de los conceptos más banales relativos a la música Electrónica es aquel que asegura que todo aquello que se hace con máquinas es frío y sin alma. Por suerte, en las últimas cuatro décadas (por no ir más lejos) ha habido una incontable cantidad de ejemplos que han dejado claro que no solo las cuerdas y los metales pueden emocionarnos, también los sintetizadores, cajas de ritmos, ordenadores y otros artilugios que no tienen cuerdas. Pero para los más obstinados, aquellos que siguen negando la capacidad de la electrónica para erizar el vello, solo podemos recomendarles que se encomienden al poder sugestivo de Christian Löffler.
A lo largo de las conversaciones musicales que un servidor tiene día a día suele salir el tópico de “texturas sonoras” por lo regular muchos no entienden del todo el concepto ya que la textura es una característica que se puede percibir con el tacto o la vista, es por esto que siempre las ejemplifico con Christian Löffler, ya que el alemán cuenta con tracks ambientales que te hacen percibir la textura de los árboles, las nubes incluso el pisar del pasto en canciones incriminantes desde el título como “Young Alaska”. También encontramos en sus sonidos la mezcla de conceptos arquitectónicos con la naturaleza, y es que aún que suene de lo mas extraño, la sección áurea también puede escucharse.
Es así como hoy 14 de junio tenemos el regreso de Christian Löffler en Normandie, por segunda ocasión y con un nuevo disco Graal, nos visita para hacer lo que en sus propias palabras dice intentar hacer que el publico “Baile soñando”.
Christian Löffler
Normandie
Viernes 14 de junio
General $400, Preferente $600