RPM: 20 años del debut de Gorillaz

March 26, 2021

gorillaz album cover

Don’t think I’ll be here too long:
20 años del debut de Gorillaz

Por Ernesto Acosta Sandoval IG: @erniedoesvinyl

A finales de los noventa, cuando la fiebre Brit Pop ya había bajado, Damon Albarn dijo en una entrevista que si un joven quería aburrirse en Londres lo único que tenía que hacer era prender el radio y esperar a que pasaran a los Beatles o a los Rolling Stones. La declaración, si la vemos de cerca, no está dicha nada más por provocar. Albarn bien podría haber dicho lo mismo pero cambiando los nombres por Blur u Oasis. Es cierto que Blur para finales de la década había logrado reinventarse y sacar dos de los discos más interesantes de la época, pero no había mucho futuro para la banda que no fuera repetirse y/o vivir de glorias pasadas. Oasis quedaba como el ejemplo perfecto de esto, y para alguien como Damon Albarn no era una opción.



Damon Albarn, ese niño inquieto que siempre se pregunta cómo funcionan las cosas, que siempre está inoportunando a todos con sus dudas y su hiperactividad. Ese niño que, como ya he dicho antes, siempre que regresa de vacaciones se le ocurre algo nuevo que le va a dar un giro de 180 grados a su carrera. Ese muchacho al que la cabeza le gira más rápido de lo que van sus manos en algún instrumento musical que haya descubierto arrumbado en alguna tienda de antigüedades. Damon Albarn, esa súper estrella Pop que a principios del siglo se escondió detrás de un grupo animado, que de gracioso no tenía nada. Gorillaz podía parecer una broma: caricaturas haciendo Hip Hop. Pero si alguien se sabe tomar en serio a sí mismo es Damon Albarn, así que cuando su banda principal estaba al borde del precipicio, el frontman reclutó a Jamie Hewlett (creador de Tank Girl) en lo visual y a Dan The Automator en lo musical y lo que salió fue una explosión de creatividad en la que cabía hasta Ibrahim Ferrer del Buena Vista Social Club.

Ya desde el 13 de Blur se notaba por dónde iría la cosa con Gorillaz. Experimentaciones electrónicas, un poco de Ambient y una pizca de Hip Hop. Pero en el álbum debut del primer proyecto solista de Albarn todo eso se multiplicó a la décima potencia. “Clint Eastwood” era una versión fantasmagórica al score de Ennio Morricone con rapeos por encima, “New Genious (Brother)” era como la continuación de “Caramel” de Blur, pero más pasada por cannabis, “Double Bass” y “Man Research (Clapper)” eran Albarn en pleno control de todas sus facultades experimentales. “Rock The House” y “19-2000” eran juguetonas, pero no dejaban de ser inquietantes. Para cerrar el álbum, “M1 A1” nos dejaba en un panorama desolador, para que no olvidáramos la distopía que ya estábamos viviendo como testigos del cambio de siglo.

Gorillaz, el álbum, era inaudito en su momento y sigue siéndolo. No tenía por dónde capitalizarse y sin embargo, se volvió un trancazo en ventas y en recepción crítica. Hubo un momento, al inicio de la década anterior, en el despertar del siglo, en donde Gorillaz se volvió más grande que su creador y perpetrador. Hubo un momento en la historia de la música Pop a la que podremos voltear y decirles a nuestros descendientes: “Yo estuve ahí. Yo vi a Damon Albarn cambiar todo el paradigma”.

Post escrito por: Ernesto Acosta

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