Por Diego Álvarez Rex
Lo fundamental de estar en un concierto de Vendredi Sur Mer, es no tener miedo a bailar y demostrar que estás listo para dejarte ir, porque si saboreas cada canción como lo hacen los músicos, es imposible que fracases en obtener una noche memorable.
Muchos no lo creerían si no lo hubieran presenciado, pero el debut de Vendredi Sur Mer en nuestra ciudad fue como un secreto a voces donde los amantes del Pop y el House se dieron cita para demostrar que son mayoría; la suavidad electrónica de la música de Charline Mignot en la voz y Sam Tiba tras la consola, es infalible como motivo de bailar, razón suficiente para disfrutar de una noche que mezcla el House, Dance y Synth Pop y atestiguar cómo cada uno de los presentes puede ser parte de una catarsis musical a través del ritmo.
Si bien fue un concierto que inició con lentitud para atrapar al público, entre una entrada al escenario un tanto anticlimática así como una calidad de sonido, progresivamente fue un momento que creció en una verdadera fiesta comandada por la sensualidad innata de Charline Mignot, que encarnaba durante cada canción la viva imagen del Electropop Francés más clásico. Un set equitativamente dividido en sus dos producciones, dejó en claro que los temas de Premiers Émois como ”Encore”, “Chewing-Gum” y “Écoute Chérie” eran las cartas fuertes para muchos.
Canción con canción la mirada de los artistas sobre el escenario ilustraba una sorpresa genuina de tener tal recibimiento pero por otro lado la confianza de ya esperarse esa calidez por parte de los mexicanos “Ven a México, ven a México” comentó Charlotte que la bombardearon tanto en redes sociales que ya estando ahí entendió el por qué y cuando el público decidió cantarle “Las mañanitas” y arrojarle un ramo de flores, simplemente se puso a llorar de la emoción.
Apenas una hora de concierto, pero con una capacidad de transmitir una emoción enorme al moverse al ritmo de la música, el señalar al público y hacer el esfuerzo de hablar español, permitió que todos se liberaran y entendieran que la música es un lenguaje universal. En la música se rompen las barreras del idioma y la nacionalidad y todo se convierte en un momento donde el tiempo se detiene y todo es amor; el amor por transmitir los sentimientos y sobre todo, el amor por bailar.