
Cortesía Liliana Estrada (OCESA)
Ed Maverick @ Sala Nezahualcóyotl:
Una noche para recordar
Por moonman
Lo que pasó anoche en la Sala Nezahualcóyotl fue digno de una película por el suspenso y emoción que hubo. Empecemos con el anuncio del concierto. Luego de anunciar fechas por Estados Unidos, Europa y Sudamérica, cayó por sorpresa una presentación en uno de los recintos más importante de música clásica en la CDMX: la Sala Nezahualcóyotl de la UNAM (lugar donde se hizo el segundo Unplugged de Café Tacvba) que vino acompañado de un lindísimo póster (aplausos a quien le esté haciendo los artes de la gira). Los boletos obviamente se agotaron en segundos y los fans más cercanos fueron los afortunados que consiguieron una entrada ¿Pero quiénes son ellos? Al juzgar por lo que vi ayer, es gente joven que aún cree en el amor y que cuando sean grandes escucharán los discos de Ed Maverick con especial nostalgia y emoción, así como tu padre escucha los suyos con cariño.

Cortesía Liliana Estrada (OCESA)
Con la estricta advertencia de que la entrada cerraría a las 19:20, todos llegaron puntuales, las enormes filas de gente que rodeaba todo el Centro Cultural Universitario comenzó a filtrarse por las entradas del recinto. Ya todos sentados, llegó la tercera llamada y luego… suspenso. Entre uno que otro grito cayado por la moral de un recinto serio encarnada en un “Shhh”, la espera se prolongó por más de una hora, afortunadamente la fidelidad de los fans fue más fuerte que la desesperación y todos aguantaron (aparte de que afuera había una lluvia silenciosa pero constante). Luego comenzó nuevamente la cuenta regresiva: “Primera llamada, primera”.
Posteriormente entraron las cuerdas que acompañarían el concierto de Ed Maverick y se corrió de inicio a fin La Nube en el Jardín, última producción que está pensado como un todo ya que su duración es de 53 minutos con 49 segundos. La gente aún estaba un poco contenida y los shh’s morales seguían conteniendo la emoción. Al terminar, pasaron unos minutos y regresó como él es, más cómodo y más relajado y con tan sono un: “¿Qué quieren que les toque?” Comenzó la gritadera de todo su repertorio por todos lados del recinto. Y así comenzó un concierto más normal, ya que la primera parte fue grabada para un material posterior.
Ed Maverick, ya en confianza, nos confesó que tuvo un ataque de pánico y que por eso se retrasó todo y pedía una disculpa, a lo que el público le contesto con gritos y piropos.

Cortesía Liliana Estrada (OCESA)
Debo confesar que en este concierto comprendí aún mejor al músico, sobretodo en la humildad que tiene para ejecutar canciones que lo trascienden y se vuelven un vínculo con la gente, que arropa las canciones con una emoción poco antes visto. Sobretodo me da gusto cómo abarca todas las perspectivas del amor: desde lo complicado de sincronizarse con alguien más hasta el simple gozo de compartir una cerveza con alguien que amas.
Al final alguien se le acercó para darles unas flores y recibió a cambio el setlist, todos los demás se le acercaron y extendieron la mano como un ídolo que es, y vaya que lo comprobó. Imaginen todo lo que hará en las siguientes décadas, estará muy interesante seguirle la pista.

Cortesía Liliana Estrada (OCESA)