
Foto Óscar Villanueva @TheOzCorp

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Por moonman
La nave de los sueños nuevamente aterrizó en México. Y es que era poco probable que el dueto francés Air regresara a menos de un año de su grandiosa presentación en Hipnosis 2024, donde ahí sí llevaron su nave multicolor, pero eso no importó, ya que la calidad de audio en el Auditorio Nacional, hizo todo un deleite verlos de nuevo.
Moon Safari es un disco que trasciende el tiempo, porque tiene su propio tiempo: es suave, delicado y sexy de una forma peculiar, te hace sentir en un transporte directo a la Luna. Para 1998 escuchar esas canciones era como vivir en un futuro utópico de Los Supersónicos, pero con ese toque francés único. Y es que Air es un gran ejemplo de cómo dos mentes se complementan: mientras Nicolas Godin tiene una magnífica base rítmica (y sexy por momentos), Jean-Benoît Dunckel nos lleva a la galaxia más cercana en un sofá lounge con sus sintetizadores y voz suave.
El concierto sigue conmemorando este magnífico disco desde inicios de 2024, y es que es difícil soltar (y revivir) canciones emblemáticas como “La Femme d’argent” (que hasta fue utilizada en la campaña publicitaria) que es la perfecta introducción a este viaje interestelar. Qué decir de “Sexy Boy” (no sé por qué a nadie se le ocurrió vender las playeras del clásico chango que parace en el muy bonito video) y la versión “destructurada” de “All I Need” donde la voz aparece como un fantasma ocasional. “Kelly Watch The Stars” es infalible en su setlist y el cierre del disco, que sirve como aterrizaje, con “Le Voyage de Pénélope“.
Llega el primer encore y apare su otro disco disco legendario: Talkie Walkie de 2004: “Venus” y “Cherry Blossom Girl” bellas como siempre, pero “Run” logra detonar cosas muy profundas y extrañas en mi, no sé si sea su misterioso inicio y la forma celestial en cómo termina. Irónica escuchar rodeado de gente “Alone In Kyoto” fue como compartir la soledad mientras todos iluminaban en silencio con su teléfono. Las partes más potentes vinieron con “Dirty Trip” del soundtrack de The Virgin Suicides al iluminarse sincronizadamente y por completo el Auditorio, así como la ruidosa “Don’t Be Light“.
Air en el Auditorio hizo match con el día festivo: un día en donde queríamos desconectarnos de lo cotidiano y descansar, pero en este caso fue volar.