
Foto Jesse Koch
MARIPOSA:
Latinizando a Europa
Por moonman
Lo “latino” trasciende lo geográfico, es una ideología que refleja libertad en un mundo cada vez más opresor de libertades básicas y de confidencialidad perdida. Así que tener embajadores en todos rincones del mundo, no solo sirven para esparcir alegría con aroma tropical, también es una forma de expandir nuestra identidad bailándola y cantándola, sin ser una caricatura o algo reductivo.
Justo en Ámsterdam radica MARIPOSA, una chica que en su ADN colombiano sabe mezclar muy bien lo que está en tendencia, apropiándosela con una estética muy Y2K. Recientemente hizo su primer visita a México para preparar su conquista con su EP Cozy Tapes.

Foto Jesse Koch
¿Cómo te sentiste en tu presentación de Club Japan aquí en México?
¡Fue muy bacano! La gente fue súper querida, la verdad. Aunque el show fue cortico, fue una experiencia muy especial. En México tienen una energía muy directa, se conectan rápido y te hacen sentir esa vibra desde el primer momento. Me encantó poder compartir mi música allá y sentir esa conexión con la gente. Aunque fue un show corto, me dejó una impresión muy bonita y muchas ganas de volver.
¿Cuál crees que es la parte positiva del caos?
Crecí rodeada de caos, pero también de equilibrio. La calma la aprendí con el tiempo, sobretodo porque hubo un momento en el que solo vivía en el caos. Hay personas que pelean contra él y otras que aprenden a abrazarlo.
Para mí, el caos es algo inevitable, pero el impacto que tiene lo decides tú. Lo bonito es que te obliga a encontrarte contigo misma, a ver hasta dónde puedes llegar y quién eres cuando todo a tu alrededor deja de tener sentido por un momento. En ese proceso uno aprende a actuar distinto, muchas veces desde el miedo o el deseo de no volver a caer en el mismo caos. Y ahí es donde está el crecimiento.
El miedo lo tiene cualquiera, pero nos hemos acostumbrado a pensar que no deberíamos sentirlo, como si en toda situación, incluso en medio del caos, tuviéramos que mantener el control. Pero el caos no sería caos si se pudiera controlar.
Por eso la enseñanza está en aprender a lidiar con uno mismo y con esos miedos, para que sin importar lo que pase afuera, seas tú quien decide cómo reaccionar. Ahí es donde está la fuerza: en saber que uno siempre puede seguir creciendo, por más inquieto que se ponga todo. Eso es algo que yo misma sigo aprendiendo, una y otra vez. Y al final, eso es lo bonito del caos: que, aunque desordene todo, también te empuja a moverte, a transformarte y a encontrar nuevas formas de empezar.
¿Cómo sientes que Europa ve actualmente la cultura latinoamericana?
Me cuesta hablar por otros países europeos, porque no he escuchado tan de cerca cómo ven ellos a Latinoamérica. Pero en general siento que hay mucha valoración por nuestro idioma, nuestra comida, nuestra música y la calidez de nuestra cultura.
Al mismo tiempo, uno nota que todavía existe una imagen limitada, basada en estereotipos o en cosas que la gente ha visto en series o en noticias que salen de vez en cuando. Me gustaría que hubiera más curiosidad por la profundidad y la diversidad que hay dentro de la cultura latinoamericana; que la gente se animara a mirar más allá de lo que ya conoce.
Tenemos muchísimo que ofrecer, y siento que cada vez hay más espacio para contar nuestras propias historias, a nuestra manera. Eso me parece muy bonito, porque muestra que nuestra cultura no solo se ve, sino que también se está escuchando de verdad.
¿Cómo es tu relación con los productores? Supongo que se vuelven más que confidentes amigos muy cercanos al entenderte y transmitir lo que quieres en tus canciones
Tengo una pareja que también es productor, así que esa conexión es muy fuerte. Nos entendemos no solo en lo musical, sino también en lo creativo y en lo emocional, y eso hace que el proceso sea mucho más natural.
También trabajo con algunos amigos que producen, y con ellos todo fluye porque ya hay confianza; conocemos la energía del otro, entonces la música se da sola.
Cuando trabajo con personas fuera de mi círculo más cercano, por ejemplo, a distancia, siempre busco crear ese mismo ambiente de confianza. Al final no se trata solo de beats o de técnica, sino de sentir y de comunicarse. Cuando estás en el estudio con alguien que realmente te escucha y capta lo que quieres transmitir, la música se vuelve más honesta.
Para mí tiene que haber conexión, eso lo es todo. Si la vibra está bien, se nota de inmediato en la canción. Y si no está, también se siente. Hacer música es algo muy personal, por eso me gusta trabajar con gente que entiende eso y que deja espacio para lo que quiero expresar.

Foto Jesse Koch
¿A quién te gustaría meter en tu “entourage” para la gira y tu próximo disco?
Rosalía, con el sonido que tiene en canciones como “Dolerme“, sería una collab muy bacana. Me gusta cómo con su voz logra transmitir una emoción suave pero intensa.
Creo que nuestras formas de crear se encontrarían de una manera interesante, las dos tenemos una visión experimental, pero desde perspectivas diferentes. Pienso que juntas podríamos hacer algo que se sienta auténtico y distinto.
Volviendo a Europa, la migración es mundial al encontrarte con gente de África y Asia, ¿cómo te has relacionado creativamente con estas culturas?
Crecer en Ámsterdam me dio la oportunidad de vivir de cerca muchas culturas diferentes. Eso va más allá de solo conocer gente, es la música, la comida, el idioma, las formas de vivir. Todas esas influencias se cruzan todo el tiempo, y eso es lo que hace que la ciudad sea tan especial.
Esa mezcla me ha formado, no solo como persona sino también como artista. Me parece muy bonito ver cómo otras personas traducen sus raíces en arte o en sonido, y cómo llevan su identidad en lo que hacen.
Cuando uno crece en un entorno así, aprende desde temprano que la cultura no tiene fronteras, que las influencias no chocan, sino que pueden mezclarse. Ese sentimiento trato de mantenerlo: la libertad de combinar, conectar y crear algo nuevo a partir de todo lo que uno es y ha vivido.
Creo que eso también es lo lindo de la creatividad: muestra que la identidad no es algo fijo, sino algo que siempre está en movimiento. Y justamente en ese movimiento, entre distintos mundos, idiomas y perspectivas, es donde nacen las cosas más especiales.
Cozy Tapes, ¿de dónde viene este nombre tan particular?
La vibra de las canciones tenía algo “cozy”, cálido, soñador, un poco íntimo, y por eso las letras también se escribieron en ese mismo ambiente. El proyecto salió casi en invierno, en esa época de cuffing season cuando la gente tiende a recogerse un poco más, tanto literal como emocionalmente.
El sonido se sentía más suave, más mellow, y quería que ese sentimiento también se reflejara en el nombre. Cozy Tapes representa calidez en los meses fríos, pero también comodidad contigo mismo. Para mí es un proyecto que habla de conexión, contigo y con lo que sientes. Muestra un lado más suave, sin perder la fuerza.
¿Qué fue lo más difícil al grabar este EP?
Lo más difícil fue mantener mi propio flow y, al mismo tiempo, mostrarme vulnerable. Para mí este proyecto fue una decisión arriesgada, porque sabía que en algún momento quería volver a ese lado más oscuro, con más rage, más Trap.
A veces dudaba si la gente iba a entender esa transición, aunque desde mi primera tape he tratado de dejar claro que mi música siempre ha sido un equilibrio entre contrastes: enérgica y oscura, pero también eufórica y sensible.
Durante el proceso de Cozy Tapes tuve que permitirme sonar más suave, sin sentir que estaba perdiendo parte de mi identidad. Ahí estuvo el verdadero reto: mantenerme honesta con lo que sentía, incluso cuando era una energía distinta a la que muchos estaban acostumbrados a escuchar de mí.
¿Cómo te gustaría verte en 5 años?
En cinco años me gustaría verme a nivel internacional, no solo como artista, sino también como una emprendedora creativa. Quiero seguir haciendo crecer mi música y, al mismo tiempo, construir diferentes proyectos creativos.
Me veo trabajando más con lo visual y la narrativa, organizando mis propios festivales para la comunidad y colaborando con personas que compartan la misma visión.
También quiero expandir mi mundo hacia el diseño 3D, creando figuras y characters físicos, pero también desarrollando mundos digitales en 3D.
Para mí no se trata solo del éxito, sino de construir algo que permanezca: un mundo creativo donde la música, la moda, el arte y la cultura se encuentren, y donde la gente pueda sentir algo, inspirarse y, a su vez, transmitirlo a alguien más.



