
Cortesía Arts & Crafts México
Promiseland:
De montañas rusas y descontrol
Por Yonatan López @yonamx
Hace un par de semanas el proyecto multidisciplinario de Johann Rashid, Promiseland, estrenó una sesión grabada en la Ciudad de México junto a Mazmorra Brillante y varias personalidades locales, por lo cual tuvimos la oportunidad de compartir unos minutos muy agradables para saber cómo van sus días, hablar de la adrenalina, la dualidad y el caos de la vida.
¡Hola! ¿Cómo ha ido la vida para ti últimamente? El mundo está un poco en la locura, pero ¿Qué tal tu vida personal?
Mi vida personal va bien, ya sabes, viajando. Llegué a El Paso temprano esta mañana, estoy en el camino de momento con The Strokes haciendo un poco de vínculo creativo y artístico con ellos, un poco de vídeo. Estaba en Las Vegas y después Julian, mi amigo Ryan y yo viajamos desde allá en un pequeño viaje por carretera hasta El Paso y eso es, recibiendo todo, recibiendo el desierto.
Cuando vi el nombre del proyecto pensaba si tenías la idea de una tierra prometida y si esta idea ha cambiado desde que el primer momento en que la pensaste, porque tú sabes, la vida cambia y nosotras con ella pero no sé si el núcleo de lo que imaginaste para el proyecto es aún el mismo o ha evolucionado.
No sé, es gracioso porque quizás Promiseland significa más ahora de lo que lo hacía antes (risas) y la gente lo está interpretando de muchas maneras diferentes ahora pero, sabes, cuando lo tuve por primera vez como el nombre, no estoy seguro, porque tenía un par de ellos y estaba sentado en una de las primeras sesiones haciendo mezcla con Julian de los primeros sencillos que lancé en Cult Records y estaba como: “Bueno, tengo Promiseland”, y él dice: “Suena como un asombroso parque temático, de esos donde hay juegos mecánicos”, así que estaba ese ángulo donde era un parque de aventuras locas, y alegría, peligro, destrucción y demás cosas”. Y aún tiene un poco eso, y luego obviamente también un aspecto religioso asociado al nombre pero se deletrea ligeramente diferente. Quizás sea más relevante que nunca, no lo sé, pero estoy atrapado con él (risas), así que aquí vamos.

Cortesía Arts & Crafts México
¿Y crees que el mensaje con el que querías acercarte ha cambiado o tomado otra dirección?
No, creo que aún es el mismo. Aún soy consistente con mi camino que está fuertemente basado en tres dimensiones: sonido, imagen y performance. Y va como una ola, a veces inclinándose más hacía lo visual, luego regresa a la escritura en el estudio, y después al performance y estar de gira; es una personalidad. Incluso estar aquí con The Strokes, grabando cosas chidas y extrañas, hacer la música, es todo en uno.
Cuando hay algo de lo que te gustaría hablar pero no sabes cómo, ¿Tomas un descanso? O, por ejemplo, si tienes algo que quieres poner en sonido ¿Buscas la imagen?
Por supuesto, no puedes articular una idea algunas veces pero aún tienes el sentimiento de lo que quieres expresar, y sólo tienes eso. Es como escribir poesía y estar usando palabras aleatorias para expresar algo que estás sintiendo, o viceversa. Usualmente si estoy escribiendo en el estudio, me llega la sensación por una melodía y digo “esto se siente como ir manejando de noche a través de las montañas en Los Angeles, o en la Ciudad de México en el Parque Lira” ¿Sabes? Te recuerda estar en algún lugar, caminando por ese parque de patinaje en Parque Lira. Definitivamente para la gente creativa es como hacemos mitologías.

Cortesía Arts & Crafts México
¿De cuáles cosas te gustaría hablar y cantar pero no has encontrado las palabras o imágenes adecuadas?
Mmh, no lo sé, sólo sucede. Quizás ya estoy escribiendo algo que quiero decir pero aún no estoy seguro de qué es. Amo escribir cosas ritualistas, mitológicas, que tienen un trasfondo espiritual pero se decantan hacía la oscuridad, que tratan de lidiar con la cordura, y vivir en 2025, la salud mental. A veces hacer música es una forma de hacer balance y sentirse bien, feliz en un momento donde hay mucha dificultad, y es realmente difícil ser artista; la industria musical cambió demasiado, muchos músicos luchan por salir de gira, generar un ingreso y vivir. Si te dedicas a ello esto todo lo que sabes hacer. La gente encontrará una manera de contar su historia, quizás los demás se unan en el camino y escuchen, y quizás no, quién sabe. Pero si es tu pasión lo harás a pesar de que la gente escuche o no.
¿Te consideras una persona optimista?
Claro, soy optimista, definitivamente lo soy. Mis letras no lo son pero yo sí (risas).
Creo que eso es lo gracioso, hay gente que habla de estas cosas profundas y oscuras pero en su centro hay sólo luz
Exactamente. Es gracioso porque mi show puede ser violento y agresivo, caótico, hay muchos gritos y coros, y después la gente me conoce y se quedan sorprendidos, como “wow, eres muy agradable”. Y quizás eso es lo que es el perfomance de Promiseland: separar y tener ese espacio donde puedo poner toda esta energía, y en mi día a día tener esta casi paz mental (risas).
Hablando de tu shows en vivo, ¿crees que el fuego que llevas al escenario se ha vuelto más intenso con el tiempo o te sientes más seguro de cómo lo controlas? ¿Quizás ambos?
Quizás ambos. Siempre hay un aspecto de ansiedad alrededor del performance. Siempre estoy un poco nervioso antes de un show. Quizás porque mi cuerpo sabe a lo que está a punto de someterse, la expectativa de que voy a estar colgado bocabajo, surfeando en el público o haciendo algo alocado, así que esa expectativa es mucha presión y mi cuerpo se desconecta un poco. Nunca sabes, hay muchos factores. Toqué en Nueva York hace algunas semanas y había una piscina ahí, el suelo estaba muy resbaloso, estaba en los hombros de alguien y nos caímos. Me he lastimado demasiado, trato de no hacerlo más estos días, pero no lo puedes controlar. Creo tenerlo bajo control y en cierto modo lo sé, porque sé cómo estar colgado, probar la fortaleza de las instalaciones para sostenerme sin resbalar. No sé, es muy de ritual, cuando el performance sucede, alguien toma el control y hace todo esto, y al terminar yo me siento bien (risas).
¿Y cuál es la cosa más loca que ta ha pasado? Sé que te has lastimado costillas, nudillos, rompiste tus pantalones aquí en la ciudad
(Risas) ¡Sí! Noche de Primavera. Llevaba unos pantalones escolares y creo que estaban un poco ajustados, así que los rompí. Es chistoso porque los he roto antes cuando estaba en Perú abriendo para The Voidz, y pasó lo mismo. Cuando cosas así suceden continúas, es parte de la diversión. Es como cometer un error, no seas tan duro contigo porque sólo es eso, algo pasajero.
En Nueva York me roto el oído interno, dedos, costillas, un dedo del pie. Creí que iba para el techo pero me caí y aún sufro la herida en ese dedo desde hace 8 años, y son cosas con las que vivo. Trato de ser ordenado en el caos, a veces te lastimas un poco pero es como en los deportes. Juego fútbol cada semana y en ocasiones te lesionas.

Cortesía Arts & Crafts México
Con todo esto ¿Piensas mucho sobre ser llamado “El futuro príncipe de la anarquía”? ¿O es algo que aprecias pero no le das mucha atención por la presión?
Mmh no, lo acepto (risas). Cuando Julian me vio lo tuiteó y se volvió un poco el eslogan. En su momento lo tomé con cuidado, no estoy tratando de vivir en ello, sólo trato de ser yo mismo, una versión honesta de Promiseland para todas. Quién sabe, tal vez tome otros 15 años antes de que veamos completamente la transformación, no sabemos, ahí está la cosa.
En noticias recientes, está la sesión que hiciste en Codependiente junto a Mazmorra ¿Fue algo que ya tenías en mente o un momento improvisado con amigas?
Viajo a México bastante, [en español] “Mi corazón es mexicano, mi sangre es mexicana; todos los días, en la mañana, la tarde, la noche”. Me encanta ir y dar shows, he tocado mucho con mis amigos de Rey Pila, como Rosca. Tenía muchas ganas de hacer una sesión con él y jammear o hacer algo. Nunca toco en vivo “Consultation”, del álbum Sad but Happy, porque es más calmada, no encaja realmente con el núcleo de un show de Promiseland que es enérgico y de alto octanaje. Así que quería hacer una versión en vivo de ella y al estar en la Ciudad de México fui a ver el estudio de Pablo Cantú, y le dije “Hagamos una sesión, podrías tocar la batería, incluir a Rosca”. Y ya estando ahí fue como “Hagamos algunas canciones más, una pequeña sesión en vivo”. Así fue como pasó.

Cortesía Arts & Crafts México
Ahora una pregunta más ligera, si pudieras presentar a Promiseland en cualquier lugar, de libros a películas y shows de TV, ¿Cuál te gustaría elegir?
Mmh, ¿Como en una nave espacial?
Podría ser, por ejemplo sería normal verte en el rave de The Matrix
Oh, o como el inicio de Blade donde la sangra sale de los rociadores. Un rave cibergótico estaría bien. Soy muy afortunado de haber podido tocar en lugares que se parecen a eso. Sería genial hacerlo en una casa embrujada en un parque temático, en Halloween donde espantas a la gente, sería divertido.
Si no me equivoco una de tus canciones está en un videojuego ¿Cierto?
Sí, “Take Down the House” está en Grand Theft Auto V
¿Cómo se siente estar jugando y que aparezca la canción de Promiseland?
Se siente increíble (risas). Creo que lo que disfruto más es leer los comentarios en YouTube de gente diciendo su parte favorita mientras la escuchaban o si hacían alguna misión y la canción aparece, amo cuando la sincronía funciona así. Es algo especial para estas personas y amo leer esos comentarios, me hace muy muy feliz. Estoy muy agradecido de tener una canción en el videojuego porque amo jugar (risas).