Monsieur Periné




Matilda Manzana



Por Alan Luna (Mercado Negro en Ibero 90.9) /// Fotos BigIdeas (OzCorp)
La cita se había pactado para un miércoles. Los celebrados serían de dos nacionalidades hermanas, México y Colombia, representados por Matilda Manzana y Monsieur Periné, respectivamente. La sesión número 14 de Mercado Negro prometía ser un éxito.
El Imperial es un foro que invita a la interacción. El escenario y el público están tan cercanos, que la conexión casi se vuelve tangible. Con una asistencia a destacar, —incluso antes de la apertura, la gente ya se formaba para ingresar—, la noche del miércoles 21 de noviembre se volvió un cúmulo de sensaciones y sonrisas.
Matilda Manzana es el nombre artístico que fue adoptado por Óscar Rodríguez. Como cualquier acto recientemente formado, el grupo necesita de acoplación, de ensamblaje. La banda capitalina está justamente en este proceso, en la búsqueda de encontrar un sonido para explotar en vivo. Conjuntos Cartográficos es el título de su más reciente material, mismo del que se interpretaron temas como “Ciencias naturales” y “Pez espada”, en la que Óscar silbó con aire militar el característico tono de la melodía. Con secuencias llenas de paisajes, la pasión de Matilda Manzana es fácil de apreciar, habrá que esperar la cohesión completa del acto para emitir un veredicto de calidad.
Llegaría el turno de los consentidos de la noche. Era la hora del baile, la hora de un despliegue de virtuosismo musical por doquier. Una fiesta encarnada en siete humanos. Desde tierra caliente hasta una de las metrópolis de más envergadura en el orbe, llegaría Monsieur Periné para desatar la algarabía. Con una visita a nuestro país de casi un mes, la noche era de ellos, y lo sabían. Después de invitarnos a pasar a “La tienda de sombreros”, todo sería alegría. Estaríamos recorriendo un sendero de goce con el “Suín romanticón” y “La ciudad”, en el que la Madame Periné, —Catalina García—, se ganaría al público con su constante diálogo, haciendo del grupo y de el auditorio un solo ente. Las canciones de la banda, están hechas para que cada intérprete explote su lado fuerte; así pues, Camilo Parra, a cargo de los alientos, haría de los instrumentos ventosos una extremidad más de su cuerpo.
Su dominio de la flauta y trompetas son cautivadores. Con esa hermandad que une a México y Colombia, la banda preparó un homenaje al país que los hospedó, con dos temas del legendario Álvaro Carrillo: “Luz de luna” inmortalizada por Chavela Vargas, y “Sabor a mí”, lo que arrancó varios suspiros y gritos eufóricos del público. Ya fuera “Cou cou”, “Nada puro hay” o “Ton silence”, todas las canciones eran recibidas con gran agrado.
En un momento, Santiago Prieto, productor y encargado de un segmento de las cuerdas, pensó que era oportuno hacer un cambio de ritmo. Con una demostración de talento sin igual, el colombiano hizo una imitación del gran Louis Armstrong que maravilló a la audiencia. Mas todo lo bueno tiene que terminar, “La muerte” llegó para anunciar la despedida del “mesié”. No obstante, la conexión fue tal que al coreo de “otra, otra”, la banda decidió seguir complaciendo a todos, aunque en sus propias palabras “habían agotado el repertorio”. Después de una improvisación digna de admiaración, al fin los colombianos decidieron interpretar una canción popular del altiplano colombiano, muy similar a nuestro son jarocho, con lo que culminaron una noche para el recuerdo. Merci, Monsieur.
Video: Monsieur Periné /// Suin Romanticón
Escucha: Matilda Manzana /// Conjunto Cartográficos



