Por Jorge Vigueras /// Fotos: Lulu Urdapilleta (OCESA)
Cuando se anunció que vendría a tocar Alice in Chains por primera vez a la Ciudad de México después de más de 20 años de su primer disco, comenzaron a circular diversas opiniones sobre las expectativas que tenía la gente por ver a una banda noventera, creída por muchos retirada después de que falleció Layne Staley.
Los boletos del evento no se agotaron inmediatamente de la salida a la venta, sin embargo para el día del evento ya no quedaban ningún boletos en taquilla y la reventa estaba desesperada fuera del lugar por comprar boletos para así venderlos al triple del costo.
La gente iba entrando poco a poco, algunos comentando sobre la vez que vino Mike Inez a México acompañando a Ozzy Osbourne en su gira No More Tears, otros hablaban sobre el nuevo vocalista y se preguntaban de dónde había salido. En fin, podía notarse una gran pérdida de seguimiento a la trayectoria de la banda, pero era claro que habían temas que dejaron marcados a más de 3 mil personas que gustosamente se reunieron anoche para volverlas a escuchar.
Al ingresar al foro se podía notar viendo hacia el escenario que no habría banda telonera ya que en el parche del bombo de la batería habían grabadas las iniciales LSMS como tributo a Layne Staley y Mike Starr. A las 20:20 hrs en punto salieron a tocar con “Them Bones” y fue impactante ver cómo salto toda la gente ahí presente, así como también como los coros cubrieron el sonido de las bocinas quedando muy debajo el grupo por la gente. Ese definitivamente fue un concierto de los que valen mucho la pena asistir ya que toda la gente cantaba las canciones y contagiaban al grupo para entregarse por completo a los fans que llevaban décadas esperando poder gritar y mover el cuerpo con AIC.
Se levanta un sombrero en el público y Jerry Cantrell se acerca y pide que se lo lancen, una vez que le llega a sus manos, se lo coloca en la cabeza y la banda da comienzo a “Man in the Box“, por lo que era difícil escuchar la canción por el fuerte sonido de gritos por aquel hit de MTV de mediados de los 90. William DuVall se dio a respetar por la gente al cubrir los zapatos grandes que dejó Staley con su excelente timbre de voz y armonizando de la manera característica que lo hacía junto a Cantrell.
El grupo se vio integrado, completo y como si el tiempo no hubiera pasado. Las canciones sonaron muy sólidas, con increíble potencia y llegando a transmitir esa nostalgia que ha arrastrado Alice in Chains a lo largo de su historia musical. Después de 15 canciones e intercambiar algunas frases en español con el público, se fueron a un breve encore y regresaron con “Down in a Hole“, “Would?” finalmente, cerraron con “Rooster“.
Fue un placer tanto para la banda como para los asistentes ya que ambas partes rebasaron sus expectativas y dieron más de lo que podían dar. Fue un concierto lleno de lágrimas, sudor, desgarres de gargantas y energía. Por mucho de los mejores conciertos del año y de la vida para aquellos que vivieron una adolescencia en la que Alice in Chains era parte de los CDs que compraban y que escuchaban en fiestas o veían en MTV.
wow estuvo cabronsisimo sigo emocionado y adolorido!!!!!
Pingback: Entrevista /// Los Infierno | Me hace ruido