Por: Chulo Castizo /// Fotos: Roja (Claudia Ochoa)
Relatos y retazos en buena compañía, tal y como Ajo decía: “Estamos en La Realidad, así que soñar”.
Nos encontramos ante una curiosa puesta en escena, improvisada, de un momento íntimo para el reducido foro en pleno barrio de Malasaña. Ávidos de conocer la combinación de Ajo que sobre un coqueto escenario recita versos breves, de urgencia vital, y quienes los colorean con acordeón, ukelele, guitarra española, xilófono, y trompeta, son Julieta Venegas, Marian Ruzzi y Sol Pereyra demostrando complicidad y talento.
Julieta Venegas durante su gira por Europa hizo un escala en el bar La Realidad con su “Mini Orquesta de Señoritas“. El concepto de improvisar temas a manera de acompañamiento para la Micropoetisa Ajo. En segundos las chicas se inspiraban para tocar secuencias con temas como Amor, Desengaño, Problema, Serie, Drama; todos estos de acuerdo a la interpretación de Ajo. Es la segunda vez que este combo dinámico se reune, la primera vez hace unos cuatro años.
Ajo tiene publicados dos libros de micropoemas. Micropoemas I, de Editorial Luz Roja y Micropoemas II de Editorial Arrebato. En los 90, era conocida más por su faceta de cantante, agitadora y personaje de referencia de la contracultura madrileña. Fue una de las fundadoras del grupo Mil Dolores Pequeños y de la discográfica independiente Por Caridad Producciones. Editando, entre otros, el EP De la piel pa dentro mando yo junto a Antonio Escohotado, convertido en un himno antiprohibicionista.
La micropoesía es poesía instantánea, poesía urgente, poesía con mucha prisa. Continúa citando al poeta español Gabriel Celaya: ”La poesía es un arma cargada de futuro…” y le suma: “La micropoesía es un arma cargada de pasado imperfecto, muy imperfecto”.
Estos son algunos de sus micropoemas:
Te voy a tener que matar
no me queda otro remedio
el día menos pensado
te encuentran cosido a besos
No contento con existir tuviste que venir a existir a mi lado a un milímetro escaso.
Si le sumo mi soledad a la tuya qué es lo que obtengo a cambio ¿Dos soledades o ninguna?”.
Me pongo nerviosa tranquilamente
porque soy transparente
con tanta atención me distraigo
y tan de repente
que sin moverme me desplazo
y sin querer voy deseando
la raquítica suerte de no buscarte ya nunca
y de querer encontrarte siempre.
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