Unas palabras de Torreblanca sobre el nuevo disco de Los Licuadoras

May 2, 2014

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El pasado 29 de abril se hizo la presentación oficial del nuevo disco de Los Licuadoras llamado Descompuestos en el Black Horse, el cual se realizó a lo largo de 2013 y hasta ahora está disponible en todas las plataformas para escucharlo.

Para la grabación del disco, el dueto conformado por Diego Elgarte y Pati Peñaloza contó con la participación de Darío Bernal-Villegas (de La Generación Espontánea y Nabuzenko) en la batería. En este material recorren caminos de colores inspirados en bandas como Flaming Lips y los inicios de Pink Floyd.

Esta presentación tuvo a algunos invitados muy especiales: Álvaro Henríquez de Los Tres, quien dijo que percibía “una mezcla entre los B-52’s, Nina Hagen y Yoko Ono”, y Juan Manuel Torreblanca, quien amablemente nos pasó por escrito su opinión de este nuevo material:

Los Licuadoras nos reúnen para anunciar su regreso a la escena musical rockera de nuestro país, al presentarnos su disco nuevo: Descompuestos, un disco que (puedo constatar por mi condición de amigo y vecino) se hizo con la asombrosa minuciosidad y la necesaria paciencia que exige una grabación de esta naturaleza: una hecha de manera totalmente independiente y “casera”.

Diego Elgarte consiguió una vez más ponerle a Pati Peñaloza un lienzo finamente preparado, con un cóctel de colores muy suyos, que reinventa sus amores musicales y las influencias que me ha compartido en varias escuchas de música de hace cuatro o cinco décadas en su casa; muchos sonidos de otras épocas (cuyos géneros y títulos ni sé nombrar, ni me interesa), y herramientas que ha acumulado en toda su vida de músico; un poco de nerd, otro poco de ermitaño y mucho de coleccionista. Y Pati supo de nuevo aprovechar el lienzo para bordar sus letras ora reflexivas, ora catárticas, ambigua o vagamente desnudas, ubicadas a veces en ese punto complejo a medio camino entre una tozuda libertad empoderada y casi feminista, y su muy humanamente contradictoria azotadez arrastrada, romántica aunque anti-romanticismo, plagada de quejas, denuncias, juicios y silogismos de una densidad considerable y también —desde luego— su sentido del humor característico: híper-mental, inteligente y de carácter solemne-analítico… Letras intensas pues, como la misma Pati. Y además —eso sí que quería mencionar—, el disco ostenta una exploración aun mayor de lo que antes ya les habíamos escuchado, en lo que a canto se refiere: canciones como “Jardín” nos muestran a una Pati increíblemente dulce, y con una emotividad sin sarcasmo que se agradece… Y en otra como “Vitamina B”, encontramos una voz más lúdica, ligera y aniñada (aunque fuerte y con el valemadrismo necesario para ir de un segundo a otro de una colocación engolada a una gritona)… También se agradecen mucho las bien dosificadas armonías vocales.

Antorchas” es una canción con algo de jam y “Spoken Word” que recoge una emoción poética parecida a la vaga esperanza de unidad social y cambio que se respiraba de manera ilusa y hippie en la calles de la ciudad durante las marchas que precedieron a la última elección presidencial. ¿Quién no recuerda todavía esos movimientos universitarios que realmente tomaron a la nación por sorpresa, aunque ya hoy tienen más que una pierna dentro de ese enorme pozo del olvido? Qué lejos se ven, ¿no? Qué diferente se siente México hoy… pero eso no es de que estábamos hablando… Vuelvo al disco: entre la colección de canciones originales habita un cover muy disfrutable a “Vegetable Man” de Syd Barrett, una canción que (si mal no guglié) Pink Floyd grabara un par de veces por ahí del 67, aunque nunca fue liberada oficialmente. Una elección muy representativa de la melomanía vasta, culta y nostálgica de los queridos Licuas.

El disco termina de manera deliberadamente anticlimática, con el final súbitamente desinflado de la rítmica canción “Puta”… y quizás es una decisión correcta porque la sorpresa del final inesperado hace querer cerciorarse de que todo llegó a buen fin de la manera correcta: volver a escuchar ese final para entender bien qué pasó… y quizás volver a escuchar el disco entero para bailar un poco más.

Y bueno, sin más qué decir, agradezco la invitación y les deseo mucha suerte y éxito con esta nueva etapa.


Post escrito por: moonman

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