Por Eduardo Crawffordd @crawffordd
Fotos: BigIdeas (OzCorp)
Nuevamente, Dënver volvió a hacer de las suyas. Un atascón de gente esperando la presentación prometedora de la banda que juraba separarse. Pero sin duda alguna, El Imperial se vistió de gala al hacer la conexión México-Chile que une al unísono todas las rolas de Música, Gramática, Gimnasia.
Aunque su presentación retardó una hora y media, la espera valió la pena. Los gritos comenzaron cuando “Diane Keaton” deslumbró el escenario del bar ubicado en la Roma Norte. Una ola de aplausos y gente desdeñada cantando resplandecían el lugar.
Un brillo constante se hacía presente en cada una de las canciones. Así fue cuando llegó “En medio de una Fiesta”, donde todos los románticos y decepcionados del amor entonaron con entusiasmo la letra, que sin duda, evoca a la desesperación fatal de reencontrarte con el amor.
No es por hablar de más de Dënver, pero cuando la fila enorme para pasar a verlos, los chiflidos porque ya salieran y la ebriedad de los presentes se hacían visibles, interpretaban la noción de un encanto prometedor. Es aquí cuando nos damos cuenta que la música chilena siempre ha sido una total influencia para el estilo mexicano.
Cuando el evento parecía concluido, los Dënver resaltaron el entusiasmo de los asistentes con la rola –esto totalmente personal- más representativa de sus discos, “Olas Gigantes”, aquí se desató un soplo de alegría y todos, literal, cantaban y gritaban la letra completa. Sin duda alguna, una presentación muy espectacular. Dënver, hoy y siempre.
