RPM: 45 años de Transformer de Lou Reed

November 9, 2017

You just keep me hangin’ on:
45 años de Transformer de Lou Reed

Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_

Entre los muchos atributos que David Bowie tenía y que se tiende a pasar por alto, es que era un gran fan de la música. Iggy Pop, Mott The Hoople, Luther Vandross, Nile Rodgers, Nine Inch Nails, y hasta Arcade Fire se vieron beneficiados por el gusto del artista cuando estaban arrancando su carrera o, incluso cuando ya eran artistas con cierto renombre. De todos ellos, hay un caso en particular que resalta por lo fructífero de la relación. Lou Reed ya tenía cierto reconocimiento en el círculo underground neoyorquino de finales de los sesenta y principios de los setenta, primero por haber sido parte del entourage de Andy Warhol y luego por haber lidereado a The Velvet Underground y grabar con ellos varios de los mejores LPs de la década. Pero para 1972 aun no daba el salto hacia el gusto masivo. Un año antes se había salido de la banda que lo vio crecer y poco después había lanzado un álbum debut homónimo que no lo mostraba en pleno. Hasta que, claro, su más grande fan se le apareció y lo llevó de la mano para hacerle explotar todos los talentos que como compositor y intérprete podía tener.

Quién sabe hasta qué punto la injerencia de Bowie (y de su guitarrista en los Spiders from Mars Mick Ronson) hicieron que Reed estallara en lo creativo de la manera en la que lo hizo con Transformer, las canciones por sí mismas son lo suficientemente sólidas para sostenerse. Quizá lo que Bowie hizo fue darle la seguridad de que podía separarse estéticamente de su anterior banda y lograr una obra maestra de principio a fin. La influencia del cantante inglés se escucha por todo el álbum, que ni qué. El Bowie glam de la época (el que se encarnó en Ziggy Stardust) parece haberle pulido la aspereza que le impedía llegar a una audiencia más grande. Tal vez, sin él, Reed no se hubiera atrevido a lanzar cosas como “Andy’s Chest”, “Satellite Of Love” o “Goodnight Ladies”. Aun así, retuvo mucho de su filo rocanrolero y guarro en canciones como “Vicious”, “Hangin’ ‘Round” o “I’m So Free”. Y ese es el truco de Transformer, que merece el título que tiene, Reed va de un lado del espectro más dulce (“Perfect Day”) a lo perturbador (“Walk On The Wild Side”) casi de una canción a la otra sin mayor problema. Transformer es compacto, once canciones y treinta y seis minutos es todo lo que Lou Reed necesita para volarte la cabeza y cambiarte todas las nociones preconcebidas que podrías tener sobre la música, la vida, la sexualidad, y todo aquello que podrías considerar “normal”.

Bowie usó a Lou Reed (en el buen sentido del término) y a Transformer como una extensión de lo que había comenzado en 1971 con Hunky Dory. Convirtió a Reed en su aliado de este lado del Atlántico, en su emisario y su brazo derecho. Lou Reed era parte de las Pretty Things a las que les había cantado unos meses antes. Bowie, además, aprovechó el talento de Reed para generar el impulso que venía buscando y echar luz sobre todos los parias y rechazados de la sociedad en los que ellos mismos se incluían. Y la cultura Pop nunca volvió a ser la misma. Afortunadamente.

Post escrito por: Ernesto Acosta

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