Por: Ariel Bastian (reseña) / Edgar Flores (fotos)
Por fin se cumplió la promesa del dúo canadiense, y finalmente los muchachos de Crystal Castles llegaron la noche del jueves 3 de octubre a dar un breve pero gran concierto a mucha banda poblana y de otras ciudades cercanas, quienes después de haber sufrido la cancelación de sus conciertos en abril de este mismo año, los estaban esperando aún más emocionados que antes.
El Jardín Frontal de las Bodegas del Molino es un espacio abierto extrañamente atractivo que de día normalmente se hace pasar por un patio semi abandonado y sin mucha vista (y que incluso tiene en su interior algunos restos de vigas y trabes de concreto para vialidades y que a alguien se le ocurrió dejar por ahí), pero que de noche se presta completamente para transformarse en un espacio musical bastante óptimo, ágil y elocuente. El escenario era pequeño pero con muy buena vista desde todos sus ángulos.
Las presentaciones sonoras comenzaron justo a las 11PM, estando a cargo como primeros invitados Moontronics, una banda local muy joven integrada mayormente por chicas, quienes en la ejecución de sus melodías, sintetizadores y guitarras remitían invariablemente a sutiles influencias de la banda estelar.
A media noche llegó el DJ regiomontano Teen Flirt, músico y productor de tendencias Bass Music e hijo pródigo de Finesse Records, quien estará acompañando a Crystal Castles como telonero principal en su tour por México. Teen Flirt hizo muy bien lo suyo y programó un playlist lleno de Future Garage bastante bueno, el cual logró casi de inmediato que la gente rompiera con el ligero frío y comenzara a bailar desparpajadamente, preparando el terreno bastante bien para lo que ya venía.
Alrededor de la 1AM terminó la gran expectación de los más de 900 asistentes, Alice Glass e Ethan Kath (acompañados por su baterista en los live shows, Christopher Chartrand), subieron al oscuro y sencillo escenario (que más bien era como una carpa pequeña adaptada) para iniciar sagaz y oficialmente su presentación, arrancando con “Plague“.
Al principio, una muy rubia y sigilosa Alice salió al stage con una chamarra-gabardina y capucha que cubría su cabeza y la mitad del rostro, en medio de flashes, luces indirectas y euforia del público, generando poco a poco la vibra necesaria para conectar sonora y salvajemente con todos los ahí reunidos.
El setlist continuó con “Baptism“, “Suffocation” y “Wrath of God“, y así continuaron integrando equilibradamente los sencillos más elementales de sus tres discos, como “Crimewave“, “Insulin“, “Telepath“, “Black Panther“, “Reckless“, “Though The Hosiery” y la legendaria “Alice Practice“, permitiendo cronológicamente escuchar los diferentes momentos musicales por los que la banda ha caminado y evolucionado en su material discográfico y escénico.
Más adentrados en el concierto, la música se tornaba cada vez más profunda y bailable. Kath programaba ágilmente su setlist, mientras que nuestra vocalista se motivaba de vez en vez con unos tragos directos de una botella de Jack Daniels y la energía de Crystal Castles seguía acumulándose y fluyendo estrepitosamente, ambientando todo el recinto con sus características atmósferas electrónicas, bailes Punk y melodías melancólicas cargadas de New Wave. La gente (en su mayoría muy jóvenes) ya estaba envuelta y no dejaba de bailar y prenderse canción tras canción.
Momentos siguientes, casi a la mitad de la tocada, Alice se acercó a Ethan para interpretar el combo “Vanished–Trasgender–Untrust Us–Cryptocracy“, colaborando juntos en los sintetizadores y bailando con secuencias luminosas y estrobos muy vibrantes.
Los momentos fundamentales del concierto aparecieron cuando se escucharon “Baptism“, “Alice Practice“, “Celestica“, “Sad Eyes“, “Intimate” y la última canción de la noche “Yes No“, en donde Alice Glass decidió aventarse a la audiencia para ser cargada y transportada por ella entre aullidos, buena vibra y manos alzadas que iban y venían con celulares, con la intención de poder captar la foto del recuerdo para “postearla” y presumirla después en sus respectivos muros.
Después de eso, todo acabó bien y los asistentes se retiraron satisfechos, en silencio y en cierta paz, pero aún con la música de Crystal Castles taladrándoles sus mentes, mientras cada quien y de nueva cuenta, se iba yendo por donde llegó.
Gracias a Crystal Castles por buscar nuevos espacios musicales en México y tomarse el tiempo y unas cervezas con los diferentes públicos del país amantes de su música, quienes los recibieron con los brazos abiertos hasta la próxima vez que se vean.
Gracias a Albino MX por organizar este gran concierto y por su notable iniciativa de colectar víveres para los damnificados de Guerrero, ocasionada por la tormenta tropical Manuel.