Reseña: The War On Drugs /// Lost In The Dream

March 17, 2014

thewarondrugsThe War On Drugs
Lost In The Dream
Secretly Canadian
9.6

Por José Marr ‏@JR_Marr

La lógica común apuntaba a que sin Kurt Vile, The War On Drugs perdería el rumbo en su temprana etapa, injustamente; la fama le ha sonreído más a un cantautor que lo más interesante que puede hacer es consonar las palabras belleza y extrañeza y hacer de la pereza, algo interesante, mas la sola visión de Adam Granduciel ahora responsable del rumbo del grupo, es muy adelantada a lo que el mismo Vile pudo haber tenido en mente. En Slave Ambient, TWOD logró reunir toda la información genética de la gente más importante de Estados Unidos: Bob Dylan, Bruce Springsteen, Tom Petty e incluso hay rastros de Mark Knopfler, proyectándolo en el ambiente de forma prismática y elegantemente anti estética, manteniéndose aún así, dentro de los parámetros del Rock clásico y la etiqueta de arte. El desarrollo de dos años de trabajo para Lost In The Dream prosiguiendo el aclamado Slave Ambient, no solo es una superación, si no ha logrado unificar más la supuración de la música, orientar y aunar con mayor tacto y argucia el torrente de sonido y el resultado, es simplemente sublime.

La música de The War On Drugs por sí sola invita a evocar paisajes extensos, enormes firmamentos, horizontes lejanos, caminos abiertos, como su nombre lo indica; el sueño está basado en eso, y el sentido del audio, perdido en ello. Lost In the Dream es además un disco de colores difuminados, una voz solitaria de furia contenida, guitarras de largo eco, melodías menores y la formula se encuentra en su modo más perfecto cual se pueda conocer o imaginar.

Cada tema se deriva con una languidez agridulce, y a pesar de que la duración promedio de los temas rondan los cinco minutos, la fluidez, la sincronización, el entretejido y desvanecimiento instrumental es glorioso, tanto que este es un mundo onírico e inmaterial donde el tiempo no tiene efecto, haciendo del sueño algo casi tangible, de la vida algo irreal. Tan solo las primeros dos canciones del álbum declaran de manera absoluta toda palabra que he escrito aquí, “Under The Pressure” se expande, desarrolla y adentra de forma maestra al contenido del álbum, durante nueve minutos que saben a la gloria de Bruce Springsteen con los riffs de guitarra de mente propia fundidos en el ambiente.

Las estructuras a menudo son encubiertas por la retroalimentación del ambiente utópico creado por la mente de Granduciel, es por eso que los nueve minutos de “Under The Pressure” se sienten tan solo como si fueran un instante, totalmente engullidos en el reverb denso, sumergiéndose más en el sueño, esto puede apreciarse en los dos últimos minutos del track abridor. Es entonces cuando el momento decisivo es recibido por la creación omega en la carrera de The War On Drugs, “Red Eyes” es exultante, llena de anhelo, de añoranza, estremecido por la conducción acústica y la eclesiástica iluminación del sintetizador, convirtiéndose en un momento de júbilo desgarrador.

A menudo se pueden leer elogios de discos que se muestran nostálgicos por el pasado o llenos de incertidumbre por el futuro, mas con Lost In The Dream no se trata sólo del modo, la letra, o lo que expresa; son sus texturas, sus ambientes desolados pero en movimiento (la armónica y voz inmersa en “Disappearing“), esté, es el significado del fenómeno de la nostalgia pura en sí, la melodía delicada de “Eyes to the Wind” es como un soplo de nostalgia al alma, al núcleo del corazón. Por otro lado en temas como “An Ocean in Between the Waves” no solo se remonta al ideario de Springsteen, o la guitarra horizontal de Mark Knopfler, o la acritud interpretativa de Dylan, si no la captura de Granduciel a través de ese filtro de melancolía y color sepia, la hace emerger con un songcraft maestro que suena sorprendentemente nuevo y auténtico.

The War On Drugs tiene entonces un mérito todavía mayor debido a haber encontrado una forma ambivalente de usar sus influencias, así también es claro que Adam Granduciel está atraído fuertemente a esas creencias, pero a medida que logra encontrar una brecha entre su mente y la de su doctrina, es entonces cuando logra nacer impregnado de ansiedad, de temor e incluso esperanza (“Burning“), y esta obra maestra de nombre Lost In The Dream expresa magistralmente todo eso, lo captura en su momento más intrínseco, como si existiera algo entre la vida y el comienzo de los sueños, algo, que Adam Granduciel ha descubierto.

Post escrito por: Jose Marr

Post Relacionados