Perfil /// Alvvays

Por José Marr ‏@JR_Marr

Es difícil (bastante difícil) resistirse a este modelo de Indie Pop del que Alvvays ha hecho muestra en su álbum homónimo debut. Aunque su sede es en la ciudad Toronto, Canadá, sus integrantes provienen de dos islas rurales Prince Edward Island y Cabo Breton, donde antes del Internet a falta de cines y centro comercial la gente se enfocaba y divertía más detrás de los instrumentos.

Alvvays parece haber sido concebido al calor de alguna calurosa costa de los Estados Unidos. La complementación de la fórmula y seguida al pie de la letra hace que el grupo no esté haciendo una obra sinónimo de originalidad, no obstante, son capaces debido a su talento, de encontrar un poco de puntos a favor, identidad y propia voz para su banda.

Cualquiera ya debe estar familiarizado con lo que Alvvays puede ofrecer, esa pequeña ola de bandas que despuntó por allá hace unos cuatro o cinco años como Best Coast o Vivian Girls, Indie Pop de barridos de guitarra Jangle, melodía vocal encantadora y un tanto sosa, la voz ocupando movimientos de desgano como su principal virtud, el color sepia de un atardecer en la costa para teñir y matizar el acabado del sonido, usted ya sabe a lo que suena Alvvays. Sin embargo no deja de haber una buena colección de canciones; “Next Of Kin“, “Atop A Cake“, gloriosamente son temas que abundan de guitarra húmeda por el calor, reverb ensoñador y aunque el grupo no ofrece variantes a lo largo del disco parece que a su líder vocalista Molly Rankin lo que más le sobra es capacidad de cantar.

Su mejores canciones y las que los han estado poniendo bajo la atención de muchos son “Adult Diversion“, un hit creciente en reproducciones en YouTube y “Archie, Marry Me“, canción donde Rankin sin cambiar tu tonalidad de voz logra sonar desgarradora y llena de melancolía en una interpretación que hace una súplica de amor, sus guitarras glaciales traen recuerdos de Teenage Fanclub y el incremente de potencia en el formidable coro casi transforman el tema en un Noise Pop.

Suena fresco, jovial, es como ver las fotos de aquella fiesta con los amigos, una de la que ni siquiera se tenían recuerdos. Alvvays ha logrado aunar de nuevo eso que las bandas que hicieron vigente el género han desertado, tiene esa conmovedora magia de seductora guitarra y ese mood de nostalgia permanente, se trata de un primer esfuerzo que augura un buen prometedor futuro.