Reseña: Sleater-Kinney /// No Cities To Love

February 4, 2015

Sleater-KinneySleater-Kinney
No Cities To Love
Sub Pop Records
8.5

Por José Marr ‏@JR_Marr

Aún recuerdo el gran, pero gran problema que tuve con Wild Flag, simplemente no soportaba escuchar a Carrie Brownstein en algo poco falto de actitud y sin forma en el borde como las canciones de aquel álbum, que aunque fuerte y desafiante en general, no tenía ese peligroso filo que Sleater-Kinney posee. Y es que desde su llegada con el homónimo Sleater-Kinney en el año 1995 hasta su separación en el 2005 con The Woods el grupo nunca decayó, se mantuvo fuerte y fresco, creciendo hacia todos los rumbos posibles, subiendo entre disqueras, y Sub Pop quien les publicó su último álbum hace 10 años, les ha vuelto a abrir las puertas una década después muy seguros que este No Cities To Love está/estaría a punto de convertirse en uno de los primeros discos más laureados del 2015.

Hay que plantear cosas como: 1.- Es que Sleater-Kinney tras su anterior inmediato The Woods quizá tampoco sabían cómo habrían de continuar en un sonido que quizá ellas temían había llegado a su tope con 7 discos en 10 años 2.- ¿Cómo es que podrían entonces dar esa continuación tras 10 años de su último disco, con 20 años de carrera y con casi la totalidad de los integrantes originales?. Sea cual sea la respuesta lo importante es que No Cities To Love no viene a arruinar un carrera impecable y feroz, al contrario, es un hecho que para muchos quienes no tienen idea del grupo están a punto de convertirse en nuevos seguidores ya que este disco mantiene y hace gala de todas las potestades del ahora trío de Washington (“A New Wave“).

Y entonces la música justifica el hype. Sleater-Kinney siguen sonando fuertes y vibrantes, con poder y melodías, rematando con un resultado igual de fiero que adictivo, y hasta creativo. No son solo guitarrazos y gritos, todo se mueve con ingenio, como en el track de apertura “Price Tag” las curvas del bajo y los side-sticks en batería, y es sólo el grupo afinando la puntería para lo que está por venir. Carrie Brownstein pudo haber pasado estos años encontrando algunos papeles en la actuación y aislada de la música como oficio, pero su talento con la guitarra no se ha mermado, y sus compañeras le siguen el ritmo tan fervientemente como en los viejos años. El riff casi matemático de “Fangless” o ese Punk tan 90s de “Hey Darling” que suena como a sus primeros años, es una gran prueba de ello.

Corin Tucker también mantiene su voz a raya con Brownstein en “Bury Our Friends“, uniendo fuerzas como en sus mejores días, por su parte la guitarra y ese efecto barrido que se intercala con un ritmo intrépido se muestran como una de las composiciones más exigentes y redondas del disco… aunque ciertamente casi todo lo es aquí, “Surface Envy” es otro ejemplo, con ese up tempo rebelde y revolucionado con una furia atinada en ebullición. Y hay que notar que a pesar del ruido creciente, la guitarra no se esconde o detona contra la muralla sonora, sino que inteligente se mueve con riffs que van dando agregados a dicha canción (así como en otros momentos del disco), lo mismo se puede decir del bajo cuando con fuerza gana volumen realizando excelentes movimientos también.

Regresos se han visto que lo hacen más por mera cuestión monetaria esperando un golpe de suerte dada la nostalgia y cariño que los viejos fans le tenían a cierto grupo. Y, aunque lo de Sleater-Kinney pueda de forma subliminal esconder el mismo motivo, es un hecho que un álbum de una intachable calidad como No Cities To Love puede barrer con esto y duplicar la fama que el grupo tenía hace 10 años. Es un disco que no se escucha en ningún momento ajeno a estos días, se siente fresco, fuerte y con el suficiente contenido para ir creciendo los próximos meses. Un triunfo en su totalidad.

 

Post escrito por: Jose Marr

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