Foto: Netza Gramajo
Por Natalia Girón
Foto Cass Morgon y Netza Gramajo
Los sueños no existirían sin vida, pero ¿cómo darle vida a los sueños, recordarlos y navegar en ellos? Eso sólo es posible siendo un Onironauta.
Luego de la pausa indefinida de Austin TV, Chiosan -quien fuera la tecladista- decidió crear su propia propuesta. Un trabajo interesante, un experimento lleno de placer onírico que quizá sólo encuentre como límite la realidad, ya que el constante juego de los sintetizadores y la inclusión de su voz hacen de su primer álbum una propuesta llamativa.
Onironauta no sólo es Chiosan, los reflectores no apuntan siempre a ella: es el ingrediente esencial en el viaje al mundo de los sueños, pues en sus presentaciones además de la música ofrece una experiencia visual entre almohadas. Así, librando la burbuja espacio-tiempo, desde algún punto en el universo, Chiosan contestó algunas preguntas referentes a este nuevo comienzo.
¿Cómo describirías Onironauta?
Es un proyecto que comencé el año pasado en Londres. He tenido la fortuna de estar viajando para acá: un proyecto de sueños, de armar puentes en distancias no existentes por medio de ellos, para poder expresar todos los sentimientos que traía dentro y quería sacar de alguna forma. Pensé en hacer este proyecto sola por la pausa con los Austin. Es más como un experimento: la primera vez que hago música profesionalmente sin mis amigos.
¿Cuál es la esencia del disco?
Imprime el sentimiento de andar flotando, estar en medio del universo, de la nada: bucear entre nubes y entre tus propios sueños.
¿Cómo inicio este viaje?
Empecé a hacer capas de sintetizadores y entre tantas atmósferas me remití a la etapa de los sueños en que estás entre despierto y dormido: una constante entre todas las canciones. Es un disco muy variado que implica lo que realmente sucede en la experiencia onírica. A veces estás en una fiesta y abres la puerta, entonces descubres que te caíste en la pileta de una casa de caballos: todo es muy cambiante.
No quería seguir una línea exacta, que todas las canciones fueran tristes o melancólicas. Las melodías son como el estado de ánimo de las personas, de repente estás feliz o triste: eso me pasó al componer Onironauta.
Foto: Cass Morgon
¿Qué hay acerca del concepto visual de tus presentaciones?
Estando en Londres tienes la oportunidad de muchísimas cosas; es un mundo de opciones y asistiendo a exposiciones y shows te das cuenta de que no te tienes porqué quedarte corto al hacer cosas. Fui armando el proyecto con personas de diferentes partes del Globo Terráqueo.
Toda la idea artística, el mapping de panel de almohadas y el contenido de los audiovisuales fue gracias a Muly Yechezkel de Londres y Carlos Valente de Portugal. Obviamente aporté ideas y compuse la música, quería ser parte de la instalación, ser un elemento del concepto; tal como en una mesa, hay sal, pimienta y guisado para que todo esté rico.
¿En Onironauta también hay pesadillas?
Tengo sueños muy locos, hay canciones que a lo mejor musicalmente no reflejan el dolor o miedo que se puede tener, pero varias de las letras reflejan este lado que no demuestro mucho por mi personalidad, ya que siempre me gusta ser feliz y alegre: hay partes de la vida que no me gusta expresar, entonces fue una forma padre de sacar todo.
Por ejemplo, en “Cayendo” sólo digo algunas palabras en hebreo y cuento la sensación de caer al precipicio, o “Fijado en mi mente“, que me gusta mucho y es muy emotiva, pero hay un poco de todo en Onironauta.
¿Cómo te sientes al incluir tu voz?
Muy bien, ya que quería expresar cosas muy contundentes, sin dejarlo como en Austin TV, donde la onda era que la gente podía darle el significado que quisiera. Quería que la gente pudiera escuchar y sentir empatía con mis sentimientos.
De pequeña estuve en el coro de la secundaria y en el de la iglesia, le componía canciones a mi mamá. Sé que no tengo la voz más privilegiada y que no he estudiado canto, pero ahí voy con la experiencia diaria del canto.
¿A qué retos te has enfrentado con este nuevo proyecto?
Es complejo ser parte de una banda y después intentar el reconocimiento como solista, sin embargo, ayuda porque mucha gente te sigue brindando apoyo. Aunque es difícil empezar de cero, todo yo misma: tocando puertas. Poco a poco quiero que la gente escuche el proyecto y se interese en él.
Netza Gramajo
Al finalizar la entrevista, la soñadora artista compartió que para ella es muy sencillo componer música, si no le gusta algo: lo desecha. Es una persona disciplinada que disfruta su trabajo, con horarios y metas propias. Su primer álbum es muy personal y le resulta satisfactorio ya que se presenta a sí misma como alguien transparente.
A pesar de que su introducción a la música fue muy circunstancial al conocer a los Austin TV durante sus estudios de diseño gráfico, Chiosan está convencida de que la música es su camino, por ello a finales de septiembre participará en una sesión de Clickaporte para Ibero 90.9, además su nombre estará incluido en varios festivales del DF y otros estados de la República Mexicana.
La creadora de Onironauta también quiere compartir escenario con muchas bandas “todas las que se dejen“, asegura.
¿Cómo vivir un show lleno de matices para todos los sentidos? Onironauta resulta una opción para hacerlo.
