Foto Facebook de la banda
BALTAZAR
o de cómo la música nos acompaña
Por Natalia Girón @NattGiron
Directo de la Perla Tapatía, BALTAZAR, banda conformada por Roberto Agredano, Luis Eduardo López y Juan Pablo Corcuera, llega de forma sigilosa y mística una vez más a nuestros oídos con III, del cual apenas se conoce una pieza. Éste EP concluye la historia musical dispuesta a ser plasmada en un primer álbum que reunirá también las canciones contenidas en II (2015) y I (2014).
A principios de mayo, la agrupación dio a conocer el sencillo “Lluvia”, aunado a un interesante videoclip ambientado en otra época. Previo a su participación en la primera edición del Festival Anónimo, Luis Eduardo López, uno de los tres elementos que hacen posible la magia, platica sobre el proyecto.
BALTAZAR inició oficialmente en septiembre de 2014 con el lanzamiento del video de “Imperio”, no obstante, antes de ello tardaron algunos meses para crear el concepto, “conociendo los límites, las líneas y el sonido”.
“A partir de ahí tuvimos la oportunidad de trabajar con gente para desarrollar las fotografías, el video, arte, vestuario…”; en aquella ocasión el director fue Rodrigo Robles.
Y así, siguieron su esencia:
Tratamos de no ponerle géneros (a la música), aunque resulte más complejo no definirla. Nos basamos en sentimientos, en todo lo que evoque a una devoción del sentir y una introspección del ser; ya sea luz o sombra: una música dual que tiene tintes de agresividad y voces melódicas.
Dentro de tal concepto no cabe el protagonismo ni la búsqueda de estar más allá de la música y si en tres años sólo han compartido siete canciones es debido a que cada pieza está en una “incubadora” esperando el tiempo necesario para su contacto con el exterior. Suceder con la suma del esfuerzo empleado por un equipo de trabajo.
El último track, por ejemplo, fue maquinado con Yamil Rezc en la Ciudad de México, quien produce el tercer EP y que aunque “puede tener tintes diferentes (a trabajos anteriores) existe claridad en los sonidos e instrumentos”.
Foto Facebook de la banda
Química sin fórmulas
Desde pequeños, Roberto y Luis, al ser primos hermanos en una familia de músicos, solían cantar en las fogatas. A los 12, surgieron sus primeras composiciones y con el paso de los años, tras terminar sus carreras e insertarse en el mundo laboral, les pareció natural tomar la decisión de hacerlo de forma profesional y darle difusión. Sin embargo, el camino ha sido complicado.
No hay mucho mercado para lo que hacemos, las cosas más mainstreams o tal vez más alegres o parecidas a algo del pasado son más fáciles de recibir.
Pese a las disimilitudes musicales que proyectan en lo individual, en colectivo han sabido complementarse:
Podemos combinar géneros, de repente entra Chavela Varga o José José; luego nos clavamos en boleros mexicanos y esas melodías las llevamos a un sintetizador o una guitarra; juntamos el Pop y la Balada con el Bolero para meterle cosas más rockeras y hasta de Banda: hallamos esa fusión con la esencia.
No hay fórmula para componer, dice Luis Eduardo, pues nunca han hecho una canción siguiendo un orden. Se juega con las melodías y de los registros de voz nace un arreglo de cuerdas o el primer verso.
Foto Facebook de la banda
Musas cíclicas
Su inspiración son principalmente los cierres de ciclo, así como “el apego y deseo de tener conciencia de algo más efímero”.
“Dardo” y “Hielo” fueron compuestas para alguien que murió, mientras “Lluvia”, narra la despedida de una relación. La gente que escucha las letras se siente identificada, “nos cuentan cómo fue en su caso y cómo los ayudó”, expresa Luis, quien define a la música como “el único elemento que realmente acompaña en la soledad”.
Gracias a ella muchos seguimos vivos y lo menos que podemos hacer para regresarle un poco es tratar de acompañar a más gente en eso, compartir cómo nos sentimos
Foto Facebook de la banda
Anónimos
La senda independiente va de lugares pequeños y poca producción, pero se mantiene fiel a los deseos de sus creadores; BALTAZAR ha tocado en diversos sitios preservando la “responsabilidad de compartir cosas realmente buenas, escogiendo qué momento es de cada canción”.
La recompensa es que el público cante y conozca canciones inéditas que sólo pudieron oír durante conciertos más largos. El año pasado se presentaron en el Festival Nrmal y éste toca el turno del Anónimo, palabra curiosa que encaja un poco en su modo de hacer lo que hacen, acompañados por su ya característica negra, sombreros y hasta capuchas.
El festejo reunirá a compañeros del escenario tapatío en el Pepsi Center WTC. Aunque aún no está todo planificado, el espectáculo pretende estar lo más completo posible, añade Luis Eduardo, en tanto que “son pocas las tocadas donde se puede invertir en luces y visuales”.
BALTAZAR es un trío involucrado rigurosamente en cada detalle de su música y la manera de presentarla, buscando formatos caseros desde la independencia, sin estar cerrados a la experimentación ni a las colaboraciones. Muestra de ello es su trabajo con Pumcayó, The Broken Flowers, Technicolors Fabrics y Diego “Bacter” de Porter.
En septiembre, la sorpresa del álbum discográfico podría ser tangible. Luis Eduardo adelanta que cada canción de los tres volúmenes tiene una fotografía que integra una carta. Si están interesados, síganlos y vean de qué va.
