Reseña: Black Rebel Motorcycle Club /// Wrong Creatures

January 29, 2018


Black Rebel Motorcycle Club
Wrong Creatures
Vagrant Records
6.1

Por José Marr‏ @JR_Marr
Crazy Rhythms Music

Yo le haría una pregunta a la banda de San Francisco tomando en cuenta el título de la canción con el que se presentaron hace casi 18 años con su debut homónimo en siglas: Whatever Happened to My Rock ‘N Roll?. Y les haría esta pregunta para saber porque llega un punto donde estas bandas que andan por el Rock sin el afán de salirse del guión, tienen que encontrar variantes en un género que está ya explorado, explotado y agotado. Que aunque posee un nicho de seguidores puristas adictos a su formato clásico, difícilmente el presente encontrará aquí un candidato a mejor disco del año. Veamos rápido que pasó con Villains de Queens Of The Stone Age el año pasado: tuvieron que ayudarse de Mark Ronson para dar un pequeño giro que les rebajó un tanto el poder, hacia un estilo más enfocado en encontrar hooks que pegaran bien en la radio. Casi lo mismo pasa ahora con Black Rebel Motorcycle Club, que de Rebel tienen aquí menos que en su pasado. Por fortuna la banda tiene más que dominada su fórmula, y es que no hablamos de un componente que particularmente sepa canalizar sus influencias, la virtud de Black Rebel Motorcycle Club ha sido la estirpe, la solidez y las buenas canciones, y ahí, entre el culto y la notoriedad, se han mantenido cómodos en toda su carrera.

De eso va este Wrong Creatures, aunque su punto fuerte no es precisamente reutilizar lo que aprendieron de The Jesus And Mary Chain, sino se han vuelto más densos y de atmósfera turbia antes que su acostumbrada estridencia. La referencia directa son aquellos dos primeros discos de The Verve: A Storm In Heaven y A Northern Soul, y de hecho no se atreven desde el principio con esto; en el primer corte, “DFF” parece más una entrada entre humo hacia un ritual, uno que parece más dirigir hacia un disco psicodélico del tipo de The Black Angels. Las cuerdas cortantes salen a la carga en “Spook” sin embargo el andar es lento, Peter Hayes modula más cada palabra y explotan en un coro que retumba pero no rompe el mood de la canción. Algo que les ha quedado perfecto es el cambio de tonalidad de la guitarra, que de un momento a otro desactiva el rugir para encender los punteos luminosos que dejan rastro a través de la neblina, dando pauta a que el pico final en “Spook” sea éxtasis. Luego dejan ver un poco más de agilidad y efectos en “King Of Bones“, la estática con la que está sobrecargado Robert Been por momentos contamina tanto el sonido general que remite al Black Rebel de antaño, no decir menos de Leah Shapiro que en sus cambios de compás, especialmente en esos medios tiempos, está acertada.

Así como mencionaba a QOTSA en el inicio, se entiende la razón para buscar un hit tan inmediato como “Little Thing Gone Wild“, su cara pulida, enteramente rítmica y un coro más instintivo que pensado funciona de manera instantánea, incluso en una letra que deja mucho al azar en un aparente encaramiento con Dios. El nudo del disco es el que resulta un tanto desconocido, de repente la languidez fúnebre de “Haunt” baja las revoluciones y parece más un tema de Nick Cave. “Question Of Faith” se torna más psicodélica, de hecho la base tan ceremonial como racial se asemeja más a The Black Angels que a otra cosa. Ya al hablar de “Echo” y “Ninth Configuration” es donde caen redondos al The Verve pre-Urban Hymns, incluso Peter Hayes canta prácticamente igual que aquel Richard Ashcroft con esa misticismo y el fundido entre el éter y la nubosidad de los instrumentos.

Dentro de estos primeros 3/4 de disco que si bien, ya queda claro que no se conectan por mucho pero que hay cosas para aplaudir a una banda que intenta algo nuevas ante su pasado, la última parte se siente como aquella película que nunca termina por convencer mas mantienes la esperanza de un giro donde todo cobre sentido, no es el caso. Porque de hecho “Circus Bazooko” hace más de lo necesario para tornarse como un chiste dentro del disco, algo así como la “Chemistry” (Arcade Fire) de Black Rebel Motorcycle Club. Y cuando “Carried From The Start” amenaza con otro lapso de esta alcurnia, la actitud y el croar de las guitarras devuelven algo de lo que propusieron al comienzo del recorrido, aunque más tarde que temprano se encargan de descompensar todo con una balada a piano que haciende a su debido nivel de epicidad para dejar claro que su octavo disco ha llegado a su fin, hablo de la ruptura que Been se encarga de narrar en “All Rise“.

Se llegó a pensar que Wrong Creatures sería una vuelta por todo lo alto para Black Rebel Motorcycle Club, después de los problemas de salud que tuvo Leah Shapiro, quien incluso se tuvo que someter a una cirugía que fue apoyada económicamente por los fans. Por ello, se creyó había material, inspiración para expresarla en la música de una forma como pocas antes, pero no lo hacen de una manera que deje huella a la par de este tema. Parece que más bien, este acontecimiento los ha sacado de la vía, los ha descontextualizado de su mismo andar y ha hecho que pierdan el norte en la brújula. Si bien hay buenas muestras de nuevas cartas jugadas a manera de influencias, el balance es negativo, un tanto incorrecto e incongruente. Cuando lo mejor de BRMC era ser simplemente BRMC, es lo que menos han hecho estas Wrong Creatures.

Post escrito por: Jose Marr

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