Reseña: Paul McCartney /// Egypt Station

September 10, 2018

Paul McCartney
Egypt Station
Capitol
8.1

Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_

Paul McCartney y su relevancia a sus 76 años son sorprendentes. Difícilmente alguno de sus contemporáneos se le puede comparar. Incluso cantantes y músicos un poco más jóvenes no logran lo que él: que el mundo voltee a verlo desde el momento en el que anuncia un nuevo lanzamiento hasta que se para en un escenario a tocar todas esas canciones que todos llevamos tatuadas en nuestro ADN. Y es que, también es cierto, pocos artistas de su edad le siguen poniendo tanto cuidado a cada álbum nuevo que lanza. McCartney, a diferencia de otros rockstars de su edad o más jóvenes, tiene interés real en mantenerse relevante y en no sólo grabar por grabar. Y le crees. Vamos, que no es un anciano queriéndose hacer el joven. Como cuando hace trece años se asoció con Nigel Godrich (productor de Radiohead) y, cosa rara en él, lo dejó todo en sus manos para grabar Chaos And Creation In The Backyard, uno de los mejores álbumes solistas de su carrera. O como cuando se asoció con Youth para grabar los discos de The Fireman, un proyecto experimental medio electrónico que ya había tenido sus semillas en McCartney II (1980).

En junio de este año, por medio de una campaña publicitaria parecida a la de Radiohead de hace unos años, se anunció la llegada del decimoséptimo álbum solista de Sir Paul, el primero en cinco años. La punta de lanza fue el sencillo doble “I Don’t Know/Come On To Me”. La primera impresión fue que la voz, ahora sí, ya se le escuchaba cansada, pero las canciones ahí estaban con la marca de la casa. McCartney es un artesano de la canción Pop, más allá de la figura mediática que representa. Y eso es lo que encontramos en Egypt Station, trece artesanías (más dos clips de audio que sirven de bienvenida y despedida) perfectamente labradas con la sabiduría y la pericia que dan casi 60 años en esto del Rocanrol. También es cierto que éste es el álbum de Macca más claramente dividido en dos tipos de sonido, el melancólico y el divertido: “I Don’t Know”, “Confidante”, “Happy With You”, “Hand In Hand”, lo encuentran reflexivo y cabizbajo; pero “Come On To Me”, “Who Cares”, “Fuh You”, “People Want Peace”, “Back In Brazil”, son el hombre juguetón, bonachón y alegre que, a su edad, brinca de un lado para otro en el escenario que lo pongas. Ahora bien, Egypt Station no será la obra maestra de esta etapa de su carrera, ni de su vida. Es simplemente un buen álbum (según él, conceptual) que lo pone como el eterno buscador de sonidos que siempre ha sido y que continúa queriendo no quedarse estancado como sus contemporáneos, y eso, no es poca cosa.

Egypt Station es Sir Paul McCartney a sus 76 años. Alguien que sabe que puede volver la vista atrás con la seguridad de que deja un legado imbatible, y al mismo tiempo no tiene miedo de mirar hacia el futuro, ni en lo musical ni en lo personal. Este es uno de los músicos más importantes del siglo XX que parece que no tiene interés en quedarse anclado en el pasado ni tirar la toalla y quiere seguirse proyectando al futuro. Esperemos que nunca se le acabe la batería, al menos no en lo inmediato.

Post escrito por: Ernesto Acosta

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