RPM: 30 años de I Do Not Want What I Haven’t Got de Sinéad O’Connor

March 13, 2020

sinead oconnor i do not want

I am not like I was before:
30 años de I Do Not Want What I Haven’t Got de Sinéad O’Connor

Por Ernesto Acosta Sandoval @erniesandoval_

En 1987, Sinéad O’Connor lanzó su álbum debut The Lion And The Cobra. En él, se reveló como una cantante apartada del gusto mainstream, dibujando su propio destino, sin mucho interés en pertenecer a la ola del Pop que se producía por aquellos años. Dueña de una voz peculiar que oscilaba entre la potencia y lo estridente, y lo altamente melódico, y de la cual emanaban temas tan ajenos a MTV: una sexualidad más natural, menos explosiva, cuestiones religiosas, opresión social. O’Connor pertenecía a una tradición irlandesa en la que lo político es lo personal y viceversa. El álbum fue recibido y apreciado de manera justa, tanto en lo crítico como en lo comercial.



Tres años después. la cantante entregó su obra definitiva. I Do Not Want What I Haven’t Got es la continuación de mucha de la búsqueda estética de aquel primer álbum, pero con el peso de ya estar en el ojo público. Y sin embargo, O’Connor no cede ni tantito en su desarrollo profesional. Los mismos temas que estaban presentes en The Lion And The Cobra vuelven a aparecer aquí, con un poco más de madurez. Mientras el primer álbum, por momentos, suena a algo por completo personal, aquí la cantante parece entender la manera de volver sus preocupaciones en temas universales. Ataca de frente al racismo y al conservadurismo del gobierno de Thatcher en “Black Boys On Mopeds”, y al mismo tiempo se desnuda en sus preocupaciones como recién estrenada madre y su confrontación con su propia fama en “The Emperor’s New Clothes”. Retoma un poema irlandés tradicional del siglo XVII (“I Am Stretched On Your Grave”) lo mismo que hace el cover definitivo a una canción de Prince (“Nothing Compares 2 U”). Muestra una valentía feroz (“Feel So Different”) pero se muestra vulnerable y sarcástica en una misma canción (“The Last Day Of Our Acquaintance”).

Lo que siguió en la carrera de Sinéad O’Connor, después del éxito masivo y el reconocimiento que le significó I Do Not Want What I Haven’t Got, fue un triste descenso a situaciones que, creo, la rebasaron (lo de la foto del Papa en su presentación en Saturday Night Live, el colapso nervioso en el concierto tributo a Bob Dylan, la sequía musical). Como si el título del álbum fuera premonitorio de un futuro que no le interesaba. Pero por un instante, en 1990, Sinéad O’Connor fue la voz que el mundo necesitaba escuchar.

Post escrito por: Ernesto Acosta

Post Relacionados