Post Mortem /// La oscilación de la partida: Simeon Oliver Coxe (1938-2020)

September 10, 2020

Simeon Oliver Coxe silver apples

Foto Óscar Villanueva

La oscilación de la partida:
Simeon Oliver Coxe (1938-2020)

I went out to the hazel wood,
Because a fire was in my head,
William Butler Yeats

Por Maza @ideasdelmaza

Hay un fuego en la cabeza que se enciende con un pulso magnético; una luz que parpadea, una voz que persigue la batería, que se repite; que va y viene en círculos ascendentes. Tengo 16 años, estoy tan fumado que apenas puedo mover el cuerpo pero mis oídos reciben unas ondas perfectas. El ritmo que sale de las bocinas en la estancia de H. es una especie de vértigo que entra el cuerpo y comienza a hacer nudos. Que amarra los órganos y los somete a un túnel de curvaturas cósmicas. H. se acerca con la portada del Silver Apples (1994) mal impresa, y mueve las manzanas que parecen manchas Rorschach como bailando. Imagino una voz petrificada con el acento afectado, ese inglés curioso que se corta al final de las notas, imagino la boca palpitando con burbujas y colores. Es la primera vez que me encuentro con Silver Apples. Ese día se abrió un camino rítmico de hermosos colores y luces que se extiende hasta hoy que decimos adiós al genio detrás de esos artefactos.



Simeon Oliver Coxe y Dan Taylor se juntaron en 1967 en el New York de la Velvet pero como si vinieran de otra dimensión trastocaron la música académica y agrietaron las notas para introducir lo que ellos mismo definirían como un “mecanismo orgánico” compuesto por decenas de osciladores de audio y baterías (los primeros tocados con el cuerpo entero por Simeon). Sus dos primeros discos Silver Apples (1968) y Contact (1969) son verdaderos abismos tornasol; cada “canción”, el término les queda corto, recorre las notas con un resplandor indomable: son ensamblajes de Blues, Jazz, Folk, sampleos, collages, experimentos magnéticos, meticulosas texturas eléctricas y coces que recuerdan al más frenético Wyatt. “Program” y su viaje por las cuatro estaciones del radio arrebatadamente creando un universo cíclico. Un espacio que explota en “Dancing Gods” desde lo profundo de un tiempo que es brecha. O esa especie de viaje sideral romántico que es “You And I” que arriba al sentido preciso de las cosas importantes. El dúo dejó 18 canciones que son ecos; luego se separaron en el 70. Simeon se dedicó a la línea de ensamblaje de televisores, tocar las fibras de su inspiración. Fue reportero, pintor, poeta. Y durante 26 años sus piezas contaminaron a cientos de músicos: el camino de las bandas de culto.

En 1996, el año que los conocí, Simeon Oliver Coxe regresó con banda y Taylor accidentalmente escuchó su propia voz en la radio. Se juntan y sacan el enlatado tercer álbum de la banda, The Garden (1998) y demuestran que son unos genios. Como banda maldita, Simeon Oliver Coxe tiene un accidente que para la gira y en 2005 muere Taylor. Simeon continuó grabando bajo el nombre de Silver Apples y a finales de la primera década de los 2000s se embarcó en varias giras por todo el mundo, lo que lo trajo a México en 2014 al Nrmal. Pero ya no tocaba como antes: con el cuerpo entero; ahora era un ser detrás de aparatos y máquinas de sampleo que reproducían las baterías de su amigo. Una especie de espíritu ensortijado con un sombrero de tejano dominando las ondas y volviendo viejos pasajes zonas de baile crepusculares.

silver apples

Foto Óscar Villanueva

El legado de Silver Apples está ya presente: Sonic Boom, Third Eye Foundation, Cluster, HIM, Loop Guru, Skylab son seguidores declarados. Mientras muchas otras bandas, músicos y experimentos que abrevan de ese rastro que dejaron y que en ocasiones aparece como espectro. La partida de Simeon Oliver Coxe también nos deja a los escuchas con recuerdos repletos de psicodelia y periplos alrededor de la tornamesa, de una reverberación tántrica perfecta. El apego a esas manzanas plateadas que de madrugada brillan como estrellas seguirá y nos dejaremos llevar por esa nave espacial que navega en una onda sintética continua que es infinita.

Post escrito por: Maza

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