black midi
Foto Jaime Fernández @jaimefphoto
Foto Jaime Fernández @jaimefphoto
Foto Jaime Fernández @jaimefphoto
Foto Jaime Fernández @jaimefphoto
Foto Jaime Fernández @jaimefphoto
Tajak
Foto Jaime Fernández @jaimefphoto
Foto Jaime Fernández @jaimefphoto
Foto Jaime Fernández @jaimefphoto
Foto Jaime Fernández @jaimefphoto
Por Diego Álvarez Rex
Repasando la lista de conciertos en nuestra ciudad que se cancelaron en el 2020 por la razón que ya todos sabemos, todos los que se quedaron en mano con la entrada para el concierto de localidades agotadas de Black Midi en el Foro Indie Rocks seguro habrían pegado un grito de coraje cuando se anunció que si vendrían pero a Corona Capital, más ¡Oh, sorpresa! Siempre sí tendrían su propio concierto y en un inmueble más grande.
Sumándole a la ecuación a una de las mejores bandas en vivo que ha dado este país, Tajak, todo pintaba para ser uno de esos conciertos del año pero como siempre, son los detalles lo que hacen de la experiencia algo para recordar o para decir: “Estuvo OK” y en un inmueble como el Frontón México cuya acústica siempre ha dejado mucho que desear, Tajak no sólo batalló todo su set contra el sonido sino Black Midi sonó entre opaco y saturado. Cabe resaltar que para estos conciertos en México, no estuvo presente Kaidi Akinnibi, saxofonista que suele darle aún mayor grosor al sonido de los londinenses.
Tajak salió a retar al público creando un claro contraste con su única mezcla de Drone, Noise y Rock Psicodélico recordando a grandes como Telescopes y Spacemen 3, ofreciendo una atmósfera lúgubre de mucha disonancia y espesor, enfocándose principalmente el temas de su nuevo LP La Sombra del Agua. Hubo claras batallas contra la mezcla de sonido y la sonorización, retroalimentación no deseada por parte de los monitores así como micrófonos que iban y venían, pero sin perder compostura la banda arrasó con todo a su paso. Los de Ensenada suelen ser mencionados como uno de los abanderados de nuestro país en el movimiento “psych” mundial, y que han pasado ya por Levitation, SpaceFest y hasta en alguna ocasión abrirles a Amy & the Sniffers en París, y es precisamente esta experiencia que va para los ocho años de tocar sin parar, lo que hizo se ganaran sin problemas a un público que posiblemente ni los conocía.
Black Midi salió y venció. Contraria a su presentación en Corona Capital, la banda no salió directo a crear caos sino fueron creando atmósfera elevando más y más la velocidad. Igual batallando con el sonido como si fuera una novatada obligada en los conciertos de nuestra ciudad, el cuarteto eventualmente llegó a un punto de “aquí ya suena más o menos” y como si fuera concurso, no hubo más que dos bolitas de slam en las dos secciones del concierto. Claro está que dividir la plancha del Frontón en A y B al igual que el Pepsi Center, es otra de esas grandes tragedias que sigue comprometiendo no sólo el ambiente sino el sonido. Mientras claramente en la sección B es donde sucede la verdadera fiesta, donde el slam y los brincos se sienten, también es la zona donde menos se oye y menos se ve.
Black Midi dio un set extra largo para agradecer la espera y la paciencia a quienes querían ver a esta tan laureada banda. No deja de sentirse un poco raro ver a una banda como está siendo tan popular y nos deja de alguna manera la esperanza que a nuestros festivales vengan cada vez bandas más interesantes. Su directo es efectivamente una maraña de acordes evocando Free Jazz y Rock Progresivo pero con un toque hasta cierto punto humorístico. Hay veces en que no sabes si es en serio o es “arte conceptual”. Por la mitad del concierto, al menos la sección A se veía más que agotada pero Black Midi aún parecía dar para más, y justo lo que prometía ser un concierto breve se volvió un maratón que duró más de hora y media que seguramente dejó a varios satisfechos sino es que hasta pidiendo tregua.
