Alex Anwandter + Ana Tijoux + La Cendejas @ Auditorio BB

May 12, 2025

Alex Anwandter

alex anwandter auditorio bb

Foto Eduardo Vargas Hernandez @lalostereo

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Foto Eduardo Vargas Hernandez @lalostereo

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Foto Eduardo Vargas Hernandez @lalostereo

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Foto Eduardo Vargas Hernandez @lalostereo

Ana Tijoux

ana tijoux auditorio bb mexico

Foto Eduardo Vargas Hernandez @lalostereo

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Foto Eduardo Vargas Hernandez @lalostereo

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Foto Eduardo Vargas Hernandez @lalostereo

La Cendejas

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Foto Eduardo Vargas Hernandez @lalostereo

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Foto Eduardo Vargas Hernandez @lalostereo

Alex Anwandter + Ana Tijoux @ Auditorio BB

Por Ricardo Hernández Salinas @kh40ss

Este 11 de Mayo, en el Auditorio BB, comenzó la noche con una sacudida: La Cendejas desde Madrid desplegó un set de contrastes brutales. Entre armonías vocales afiladas como cuchillas y bajos que retumbaron como derrumbes urbanos, su propuesta fue un caos calculado. Canciones que fusionaron spoken word con beats glitch, creando un paisaje sonoro que anticipó la intensidad de la noche. No era solo música: era un manifiesto lírico, una declaración de guerra contra lo predecible.



Cuando las luces se tiñeron de un azul eléctrico, Alex Anwandter emergió con su icónica chamarra de piel negra, un símbolo tan reconocible como sus letras. Detrás de él, sus dos coristas, pilares fundamentales de su acto en vivo desde 2019, elevaron cada nota con armonías que oscilaron entre lo celestial y lo terrenal. Juntos, convirtieron el escenario en un ritual pop.

Anwandter bailó como un dandi en trance, interactuó con su banda como un director de orquesta poseído y habló al público con la complicidad de un viejo amigo. Su set fue un viaje sin cronología: desde “Siempre es viernes en mi corazón” coreada como un himno, hasta “Gaucho“, donde los sintetizadores se entrelazaron con matices de folclor digital. Pero el momento más íntimo llegó con “Cordillera” y “Tormenta“, canciones que desnudaron su costado más vulnerable. Con guitarra en mano y su voz impregnada por la emoción, Anwandter transformó el Auditorio en un espacio íntimo, casi sagrado. Con la cresta de su presentación, “Casa Latina” de su proyecto odiSEA, el público entendió por qué es un maestro de la reinvención

Si Anwandter fue poesía en movimiento, Ana Tijoux fue un huracán. Con una banda que fusionó sintetizadores, percusión andina y un bajo que sonó a revolución, la rapera chilena tomó el escenario como trinchera. Abrió con “Millonaria“, donde los beats industriales chocaron con letras que desafiaron al capitalismo, y siguió con “Antipatriarca“, himno feminista que hizo vibrar hasta las paredes del Auditorio: “¡No nací pa’ ser sumisa, no nací pa’ obedecer!”.

En “Sube“, sampleó ritmos mapuches mientras su flow cortaba el aire como un machete. “Vengo” sonó a carnaval revolucionario, con los sintetizadores de su tecladista creando una atmósfera entre lo ancestral y lo futurista. Pero fue en “Somos Sur” donde Tijoux coronó la noche, su energía bastó para que las voces del recinto rugieran “Aquí no hay fronteras, solo surcos de rabia y esperanza”. Cada tema fue un golpe certero: político, visceral y, a la vez, una celebración.

En MHR, sabemos que la música no entiende de géneros ni fronteras. Esta noche lo confirmó: mientras Anwandter transformaba el Pop en poesía crítica y Tijoux convertía el rap en grito de lucha, algo quedó claro. Más allá de los beats, los sintetizadores o las letras, lo que unió al Auditorio BB fue una identidad sonora compartida. La de un sur que resiste, que baila, que se reinventa.

Entrevista /// Alex Anwandter

Entrevista /// Ana Tijoux

Post escrito por: Ricardo Hernandez Salinas

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