
Foto Carlos Cruz
Car Seat Headrest
y su Rock Ópera de The Scholars
Por moonman
Car Seat Headrest es una de las anomalías musicales indies que más nos ha llamado la atención en los últimos años. Tienen algo de misterio (difícil en estas épocas mediáticas de redes sociales) por parte de su vocalista Will Toledo, una forma de composición única compleja pero que para nada presume de serlo… en fin. Tan solo en los últimos 10 años con este proyecto, han lanzado cinco álbumes dignos de escucharlos con calma para sorprenderse, especialmente el último titulado The Scholars.
Este disco es considerado como una Rock Ópera sobre ocho personajes ubicados en la escuela ficticia Parnassus University. Tal vez su inspiración tenga algo de “Broadway” por la forma en cómo la música va progresando (si le ponen atención es muy distinta a una canción promedio) y por cómo un personaje nos muestra de primer persona su punto de vista. aparte de que cuenta con tres canciones que sobrepasan los 10 minutos. No sabemos si el COVID prolongado que sufrió Will Toledo sea una consecuencia de la creación de este concepto, pero vaya que The Scholars es digno para escucharse con detenimiento.
Para adentrarnos a este universo, platicamos con Ethan Ives, segundo al mando y que también comparte voz en algunas de las canciones, sobre The Scholars, un disco que a diferencia del resto de su discografía, fue hecho de forma colaborativa, donde los retos y composiciones fueron resueltas en ensayos y el estudio.

Foto Carlos Cruz
Para The Scholars seguramente hubo mucha organización antes del lanzamiento
Nos llevó los últimos cinco años desde nuestro último álbum. Parte era material que no llegó a nuestro álbum anterior o simplemente eran demos que ya teníamos. El trabajo “duro” empezó hasta la primavera de 2023, cuando Will nos convocó para empezar a generar material para el álbum. Todos coincidimos en que queríamos hacer algo mucho más colaborativo, donde podríamos generar material a partir de improvisaciones en la banda. Así empezamos a añadir demos y fragmentos de cosas que teníamos. Yo tenía algunas cosas, como la canción “Reality” que venía de una demo que estuve trabajando durante los últimos cuatro o cinco años. Fue un proceso muy largo y nuevo para nosotros, hubo un poco de prueba y error y tardó un poco más de lo normal en completarlo, porque el resultado debía de tener a todos muy familiarizados.
Una de las cosas que más me gusta de este álbum es que Will Toledo realmente le dio a cada miembro todas las herramientas creativas
Se trataba más de resolver problemas, tipo: a esta canción le falta esto o un pequeño detalle que necesita. En lugar de convertirse en una carga para una sola persona para solucionar todos esos problemas, fue más en buscar las habilidades que tenemos todos colectivamente para resolver los problemas como: ¿Quién toca un instrumento que pueda llenar ese vacío? Y se vuelve más divertido, más abierto. Seth, nuestro bajista, hizo muchas cosas de sintetizador y teclado que, de hecho, están muy arraigadas en el álbum. Hicimos muchas cosas que, ya sabes, no son su descripción oficial del trabajo en la banda. Pudimos desempeñar un par de roles diferentes durante la grabación.

Foto Carlos Cruz
Me encantan las canciones largas. Hoy en día, en 2025, es una idea loca seguir haciéndolo. Siento que es como construir una montaña rusa: tienes momentos de calma, luego momentos frenéticos y llenos de giros. ¿Cómo fue la estructura de estas canciones largas? ¿Cómo incorporas ideas, interludios y luego tienes que conectarlas?
Ya sé, algunas personas han dicho: “¿Estás seguro de que quieres hacer una canción tan larga?”. Al final, el proceso fue diferente para cada canción. A veces empezábamos por el principio y luego se completaba el resto. A veces empiezas por el final y piensas: “¿Cómo voy a llegar hasta aquí?”. En el caso de “Gethsemane”, teníamos piezas que sabíamos que estarían más adelante, y luego debíamos alcanzar ese punto álgido de intensidad. Una canción como “Planet Desperation”, era mucho más disperso, sin un principio ni un final definidos. Fue como si se consolidara muy tarde en el álbum. No fue una decisión consciente de hacer las cosas muy largas. Simplemente dejo de trabajar en ellas cuando lo siento oportuno.
Lo interesante es cómo debe terminar una canción. En los 80 terminaban con un fade out, otras canciones simplemente terminan con un gran estallido o fuegos artificiales, otras pueden tener un final tranquilo y repentino
En cuanto más dura una canción, más atención se le presta al final. Es como: “¿Cómo he llegado hasta aquí”? Tiene que terminar bien. A veces sigues añadiendo cosas porque no sientes que el final sea el adecuado o piensas: “Si la terminara así, no se sentiría bien”. Así que tenemos que seguir añadiendo más cosas para que cuando llegue el final se sienta bien. Realmente no hay un patrón. Parece que cada canción tiene sus propios deseos y necesidades.

Foto Carlos Cruz
¿Qué nos puedes decir de la portada de The Scholars? Porque combina ilustraciones con entornos reales
Todo fue producto de Kate Wertz, una artista con la que trabajamos un par de veces. Su trabajo es realmente genial. Definitivamente hay un componente multimedia, con personajes que parecen collages. Y, sin duda, también, con la ambientación narrativa, hay una especie de trama.
Platícanos sobre las trivias y búsquedas web que hicieron en el sito especial como preventivo del lanzamiento de The Scholars. Tienen una estética muy de los 90s, como Encarta, como esos primeros intentos escolares de enseñarte a través de la computadora y la tecnología
Muchos de los acertijos no los podría resolver. De niño era pésimo para las matemáticas. Queríamos algo divertido e interactivo que los fans pudieran seguir y que, de alguna manera, pudiera compartir información, para que el álbum no saliera todo de golpe. Al principio, queríamos un videojuego, pero pronto nos dimos cuenta de que sería demasiado trabajo y producción. Así que lo redujimos un poco, pero todos coincidimos en una estética retro, como la de los primeros sitios web.

Foto Carlos Cruz
Veo que tienes este póster del videojuego Doom en tu cuarto
¡Oh! Doom es mi juego favorito. Tengo un montón de cosas de Doom. Es muy especial para mí. Algunas de las primeras canciones que recuerdo haber escuchado de pequeño eran de videojuegos como Diablo o Quake. Esas fueron las primeras a las que recuerdo haber prestado atención y haber pensado: “¡Qué es eso!” Algo interesante con la música de videojuegos es que se escribe casi en el vacío, ya que el compositor no tiene mucho material visual, quizás solo tiene unos pocos bocetos de arte, para saber de qué debería hacer con la música, sobre todo con juegos más antiguos, donde la composición era muy abstracta. A veces eso lleva a lugares melódicamente o textualmente muy interesantes donde se permite ser muy experimental porque el compositor no recibe mucha información. Y a veces eso lleva a lugares realmente interesantes.
¿Cuáles son los planes para promocionar The Scholars? Creo que será una gira muy interesante
Sí, totalmente. Llevamos dos o tres meses ensayando las versiones en vivo, básicamente desde finales de enero. Sinceramente no ha sido muy difícil adaptarlo a un arreglo en vivo, porque hay que traducirlo a un arreglo escénico más realista. Pero como este álbum surgió originalmente pensado para un grupo de rock de cuatro integrantes, así que ha sido más fácil la transición al escenario en vivo, porque realmente empezó con, ya sabes, guitarra, bajo, batería y voz.