Reseña: Justin Bieber /// SWAG II

September 7, 2025

justin bieber swag ii

Justin Bieber
SWAG II
Def Jam Recordings
6.0

Por Lecce

Vamos a partir de algo, acá vamos a reseñar el SWAG II, que es el que pega diferente. SWAG salió y muy bonito todo, pero SWAG II es como si Justin hubiera comprado el Rancho Neverland (la de Michael Jackson, no la de Peter Pan) y se paseara para tomar referencias melódicas y sonoras. Pero la parte lírica sí narra de manera híbrida lo que ya es ser un señor padre de familia, amo de casa y esposo (lo más) amoroso (posible), con todas las posibilidades de falencias que todo eso siempre implica.



SPEED DEMON empieza fuerte, justo lo que uno necesitaba escuchar el viernes que salió el disco; grooves buena onda con letras que hablan de mejoras, de cosas que la gente no sabe, asume… de comebacks pues. Por ende, que se conecte con BETTER MAN no es casualidad; a veces cuando la vida afuera nos jode, el refugio de los brazos de esa persona es todo lo que nos hace mejores.

LOVE SONG habla de escribir una canción de esas memorables, de esas que uno quiso escribir pero le daba miedo porque nada iba a sonar más desgarrador que “Fake Plastic Trees” ni más desgarradoramente romántico que “Talk Show Host” (aunque se supone que hay una canción escrita por mí por ahí). El caso es que el tercer track del disco, habla de un lugar común que luego no resulta ser tanto como puede ser escribir una canción; escribir una canción no es nada fácil, escribir una canción memorable para alguien, menos. Pero reiterar que: “If you need me, you can hit me on the phone” es una promesa que está en la canción pero pues no es una canción; igual está lindo que alguien lo sepa.

En I DO reza: “Never loved you more than I do right now” y pues sí, a veces la cagas diciéndole a tu morra que nunca va a salir en Vogue, otras te comprometes tanto con una canción que reaparecen esos vibes del Thriller de MJ. I THINK YOU’RE SPECIAL se siente bien personal, nunca me había sentido tan identificado con Justin Bieber como con esta canción (en realidad nunca me había sentido identificado), acompañado de Tems nos avienta un track conmovedor y directo, sin mucha ciencia pero concreto.

MOTHER IN YOU… pues esta canción se la hizo a su hijo y qué bonito, vea… hasta me siento culpable de decir que esta es la más flojona hasta ahora. Peeeero, sigue WITCHYA… esta pega bien duro. Mi track favorito del disco sin dudarlo. Con su apropiación ya conocida del R&B, mi Justin de oro hace un track sobre la constante lucha de lo racional con lo emocional donde nos remite a que cuando no hay soluciones ni certezas (aparentes), puede haber acompañamiento. Y miren, que para uno que le dijeron en terapia que todo lo racionaliza, pues pega fuerte.

EYE CANDY vuelve a remitirnos al disco grabado en Westlake Recording Studios (Thriller, pa’ que no lo busquen), un track coqueto y audaz. Con DON’T WANNA, no pasa nada la verdad; pero con BAD HONEY pasan muchas cosas, es un sonido de esos que solo acercan a Bieber a que en 10 años lo queramos ver en un show en Las Vegas. Sin ser nada impresionante, sí genera una canción sólida para bailar mientras pides un chance para seguirlo intentando.

A la (casi) mitad del disco me pasó algo que sabía que podía pasar con un disco de 23 canciones: que iba a haber lugares comunes. NEED IT, OH MAN, ALL THE WAY y PETTING ZOO se quedan muy muy cortas, pero POPPIN’ MY SHIT… esa sí se la pudo haber brincado mi estimado canadiense.

MOVING FAST reivindica el disco. El track producido por Tobias Jesso Jr (además de toda la sarta de productores que no mencionaremos porque son casi una letanía) me impresiona sonoramente sobre lo que se venía trabajando en el disco. Nada parecido a lo que le recuerde a Bieber y con una letra crudamente kamikaze, hablando de que incluso en la fragilidad e inconsciencia del riesgo, hay motores de emociones y buenos sentimientos.

SAFE SPACE también sorprende, en un feat. con Lil B, suena al hijo en maternal de The Weeknd y The Prodigy; un atinado acento para el disco este track producido por Brandon McCarthy, Eli Teplin, Carter Lang y Sir Dylan. De lírica muy atinadamente religiosa, al menos para mí en estos momentos.

LYIN’ pega diferente, personal y en su sonido; bajo la producción también de los cuatro arriba mencionados, es que este “tercer acto” del disco levanta de manera plausible.

DOTTED LINE suena mal a propósito y eso hace que suene bien, le da la intimidad que la lírica necesita. No es un gran track pero da la calidez que una conciliación necesita.

La lírica de OPEN UP YOUR HEART solo refuerza la cantidad de veces que Justin la caga (te entiendo, amigo) con Doña Hailey. Musicalmente el track es pobre pero se ajusta a la propuesta del featuring con Eddie Benjamin; sin mucho que destacar.

Por lo pobre que resulta WHEN IT’S OVER, no voy a hablar de ella (por eso y porque no estamos para eso ahorita). Por otro lado, al parecer no soy el único que anda de espiritual: con guiños culturales al Jesus is King de Kanye, es como Justin comienza a cerrar el disco, agradeciendo lo que tenemos y pidiendo para que nunca deje de estar.

Ya con STORY OF GOD cerramos SWAG II, un disco raro, que cierra lindo con una lírica que nos puede llevar al poder divino que tenemos dentro de cada uno y, al mismo tiempo, a lo divino que encontramos en alguien más. Por ende, de lo valioso que resulta su presencia.

SWAG II es un disco que no borra los errores, las ausencias, las fallas… ni pretende hacerlo, pero confirma que siempre hay oportunidades que uno buscará siempre. Un disco de la vida de pareja, de la vida como padre y como individuo. Una vida narrada, probablemente de manera superficial pero que somehow, hoy empatizo en la rebuscada necesidad de que a pesar de todo, uno sigue aquí.

Nota: No vamos a hablar del SWAG I, a menos que usted lo pida a mi editor.

Post escrito por: Lecce

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