
Foto Sadi @sadisky

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Cuarteto de Nos abre las puertas
del Palacio de los Deportes
Por Sadi @sadisky
Se cumplió un sueño y una meta: ver a una de las mejores bandas de Latinoamérica en uno de los recintos más importantes de la Ciudad de México. Esta noche se abrieron las “Puertas” donde Roberto y compañía nos deleitaron con un sonido propio, acompañado de letras antisociales, donde ser raro, bipolar, o ver solo manchas en el test de Rorschach… está bien.
Con su estilo característico, ese que marcó a toda una generación a inicios de los 2000s, lograron ponerse en el radar de todos. Conquistaron gran parte del continente americano y se presentaron en más de una ocasión en el Vive Latino ¡Y pensar que ya casi se cumplen 20 años desde que Roberto le dijo a su esposa que había renunciado a su trabajo para dedicarse de lleno a la banda! Hoy podemos decir que Cuarteto de Nos es el claro ejemplo de que, si quieres ser alguien en esta vida, seguir tus sueños, luchar por ellos y disfrutar el proceso… te puede llevar por un viaje asombroso, que bien puede culminar —o consolidarse— con una serie de sold outs en sus últimas fechas por Argentina y, cómo no, con una parada obligada en la CDMX.
Algo que llamó mucho la atención fue ver la cantidad de gente que se hizo presente en el Palacio, pero en especial esas nuevas generaciones que también están conectando con el Cuarteto de Nos. Con sus canciones, nos demuestraron que no hay edad para luchar contra el sistema, que no hay barreras para sembrar esa semilla que nuestra sociedad necesita para generar un cambio.
Escuchar y ver al Cuarteto de Nos es comprender una sátira social, una crítica que es tanto colectiva como personal. Va desde las exigencias que podemos y debemos hacer como ciudadanos, hasta cómo nuestros dirigentes abusan del poder y nos miran desde arriba. Pero también, entre esas lastras, el Cuarteto de Nos ofrece consuelo. Letras que, si te detienes a escuchar con atención, te invitan a tener una perspectiva más crítica, más racional, pero al mismo tiempo alegre dentro de su simpleza.
En temas de composición no hace falta profundizar: quienes conocemos a la banda sabemos que Roberto es un genio. Tiene esa capacidad de aterrizar una idea partiendo desde lo más mínimo en su vida cotidiana, usándolo como inspiración para componer una canción… o un disco entero.
Aunque esta noche estuvo llena de momentos únicos, se vio un poco opacada por el tema del audio: por momentos se perdía la voz de Roberto. Y aquí la pregunta es: ¿La culpa es nuestra por seguir usando un recinto que no fue diseñado para conciertos de esta magnitud y por eso es difícil de actualizar? ¿O de plano los ingenieros no le saben? Pero bueno, eso, comparado con todo lo vivido esta noche, no impidió disfrutar al máximo un concierto lleno de momentos memorables y anécdotas que seguro se quedarán con nosotros por varios días.
Como cuando conocimos a fondo la historia de “El Perro de Alcibíades“, o ese instante surreal cuando Roberto se cayó del escenario a mitad de “Maldito Show“. Y hay que decirlo: se levantó como si nada, con un ojo como boxeador, y siguió con el show. Merece todo el reconocimiento.
Ver nuevamente al Cuarteto de Nos nos trajo recuerdos de cuando recién estrenaban Lámina Once, y fue justo ahí que Roberto nos compartió otra anécdota personal:
“En el test de Rorschach hay una lámina, creo que es la 6 o la 7, que dependiendo de cómo la veas, puedes ver a dos personas abrazándose o peleando. La primera vez que la vi, me vi a mí mismo peleando conmigo mismo. El tiempo pasó y la segunda vez que la volví a ver, me vi otra vez, pero ahora abrazándome… después de perdonarme. Y así es como nace la autoestima”.
Sin duda, si necesitabas leer esto, tómalo como algo positivo. Cada quien es libre de ver lo que quiere ver.
Y así, entre factos sociales y personales, el setlist estuvo cargado. Sonaron temas nuevos de su más reciente álbum, Puertas, pero también muchos clásicos que marcaron a la banda y que hoy son himnos indispensables para una noche como esta. Fue una locura escuchar “Hermes“, “Mario Neta“, “No Llora“, “Rorschach” y “Gaucho Power“, por mencionar algunos. Pero lo mejor fue volver a gritar a todo pulmón “Invierno del ’92“, “Miguel Gritar” y, por supuesto, la que sí o sí tenía que sonar esta noche: “Yendo a la Casa de Damián“.