Por: Señor Malhaje
Hace unos años leí la crítica de un concierto de Pony Bravo en El Diario de Sevilla por parte de Blas Fernández. Yo ya conocía al grupo, la reseña no iba a descubrirme lo buenos que eran, pero el título se me quedó grabado porque resumía lo que es un directo de la banda. Decía así: “Pony Bravo lo tiene”. Y no me pregunten qué es eso que tiene, pero lo tiene.
Pony Bravo se formaron en 2006, y dado que algunos de sus componentes tocaban en Renochild (otra banda local que recibió cierta atención), pronto empezó a saberse de ellos. Nadie quedó indiferente, o los adoras o los quieres matar. Pony Bravo supuso una ruptura con el complejo de inferioridad, con el miedo a sonar a algo que no se puede encontrar en los discos ingleses o norteamericanos, con la reticencia a cantar con acento andaluz.
Son unos insolentes, eso está claro. Primero reciclan influencias de todas partes (el kraut, el rock andaluz, la copla y el flamenco, el post-punk; Triana y Can, Bambino y The Doors). Después se autoproclaman, sin complejo alguno, primeros continuadores en mucho tiempo del rock andaluz, que desde hacía años se veía como un dinosaurio polvoriento y olvidable. Y por último, después de sacar primer disco (Si bajo de espaldas no me da miedo y otras historias) con Discos Monterrey, deciden en 2008 que el discurso tiene que corresponderse con las acciones y forman su propio sello discográfico, El Rancho, desde donde reeditan su disco, sacan su proyecto paralelo, Fiera, y sacan su segundo disco en 2010: Un gramo de fe.
No me pregunten que tiene Pony Bravo, pero lo tiene. Además de tener buen humor, un directo increíble, carisma, buenas canciones, un poco de mala leche y mucho de insolencia, lo tiene.
LP: Pony Bravo /// Un Gramo de Fe!
LP: Pony Bravo /// Si Bajo de Espalda no Me da Miedo (y otras historias)
“Ninja de fuego” es hermosa, deberían traerlos.
Yo opino qe la de Pony Bravo estaa mass chingonaa qe nada !
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