Festival Aural: The Residents @ Lunario del Auditorio Nacional

March 16, 2011

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Americana Frights, una noche con The Residents
Fotos: BigIdeas (OzCorp) /// Por: Ernesto Acosta Sandoval

Cuentan que en una muestra de cine de la ciudad de México, hace muchos años, se les ocurrió proyectar The Wall de Alan Parker y el cine se vino abajo. Con lo que no contaban los organizadores es que en México, y en esos años (principios de los ochenta, cuando nuestro país se comportaba como nación comunista sin serlo), proyectar una película con música de Pink Floyd no era sólo eso, era toda la experiencia de un concierto de Pink Floyd. Mismo caso pasó con Gimme Shelter de los Rolling Stones en donde la gente coreaba, pasaba las chelas, gritaba, pedía canciones y hasta armó un proto moshpit que acabó con la suspensión de la proyección.

Uno ve ese par de casos y ríe con un poco de pena o nerviosismo, pensando: “¡Uff, qué bueno que eso ya pasó y vivimos en una época en la que la gente ya sabe cómo comportarse!”. “Sí, claro”, dice la siempre presente vocecilla que nos recuerda y nos aterriza en nuestra realidad. La noche del 15 de marzo recordamos que todavía no estamos tan lejos de aquellos años arriba referidos. No es que sea malo, es que forma parte de nuestra identidad, dirán algunos. Y sí, tienen razón, parte del mexican curious es gritar pidiendo canciones a la mitad del concierto. Aún cuando sepamos que existe algo llamado setlist y que difícilmente un artista se saldrá del esquema que ya trae planeado. No es como si pensara: “¡Claro! Ese joven forever young de barba, panza chelera y pelo largo y canoso sí que sabe. Por supuesto que tocaré “Satisfaction” para él. Aún cuando la gira se llama Talking Light y se trata de hacer una representación visual de todo ese material. ¡Qué tonto fui!”. Hablar de los Residents es hablar de un grupo que ha hecho lo que ha querido, sin sacrificar un mínimo de control artístico, durante ya casi 40 años. Pedirles que toquen canciones de otros discos o un concierto “normal” es atentar contra esa integridad.

Y es que lo que los Residents trajeron al Aural no era una gira de grandes éxitos (ni que los tuvieran), ni un concierto que-nos-debían-desde-hace-años (otra actitud tan típica de nosotros como público –que es el mejor del mundo, según todos, no se nos olvide). Los Residents vinieron en su etapa de storytellers, y dentro de esa etapa están en su mejor forma, seamos honestos. Randy lo advierte, pero también nos da la bienvenida a su pequeña sala de estar, decorada con una lámpara de noche, una chimenea, un par de sofás y una televisión en la que durante dos horas sólo veremos estática.

El show se divide en tres grandes momentos, conectados entre sí por pequeñas canciones-narraciones con la voz de Randy guiándonos como un crooner fuera de la realidad y de cualquier claridad. Los tres momentos son tres distintas historias de terror narradas por tres distintas voces. Tres freaks a los que las historias han dejado terriblemente afectados, en ocasiones, más allá de la vida misma. Randy, el showman menos típico que podemos enfrentar como audiencia, presenta a los otros dos miembros y pide una disculpa porque Carlos –el cuarto Resident- se retiró a Guadalajara para cuidar de su madre. Así como cuando uno se enfrenta ante la autobiografía de Thomas Pynchon en la introducción a su volumen de cuentos Slow Learner (1984), debe desconfiar del autor, así uno debe desconfiar aquí.

Todo forma parte de esta gran broma que los Residents se han fabricado como historia de vida. Las siguientes dos horas estarán llenas de este humor macabro y perturbador con Randy bailando como poseso, lanzando miradas de pánico, confusión e incluso odio a través del rostro falso de su nuevo personaje. Las historias son la representaciónn de toda la imaginería del gótico americano, poblado por monstruos humanos, reflejos de lo peor de nuestro inconsciente (“The people in the mirror have their own rules”, dice Randy). Por supuesto, la broma de la que hablo arriba queda subrayada al final del set con el tema de los Ghostbusters y el grupo bailando abrazados como para aligerar la densidad que acabamos de presenciar.

Salimos del Lunario del Auditorio Nacional sin saber muy bien qué nos golpeó, pero convencidos de que lo que vimos durante esas dos horas está más allá de nuestra comprensión y que pasarán meses para poder superar a medias la historia del marido muerto y la hermana inexistente.

Setlist
1. Smelly Tongues
2. Sleepwalkers
3. Story 1 Talking Light
4. Six more miles
5. They are the meat
6. He also served
7. Story 2 Random
8. Semolina
9. My Window
10. Barstow
11. Story 3 Unseen Sister
12. Old Woman
13. Lillie
Encore:
14. Bury me Not
15. Die stay Go
16. Ghostbusters…

Post escrito por: Blogger invitado

7 thoughts on “Festival Aural: The Residents @ Lunario del Auditorio Nacional

  1. Osvaldo

    Ese setlist está incompleto y hay unas canciones que están mal escritas, de qué se trata?!

  2. Pablo

    Para mi mala fortuna, me toco estar junto enfrente del viejito naco que se la pasó gritando “Satisfaction” durante toooooodo (toooooooooooooooodo) el concierto. Su esposa, a su vez, no dejó de ofrecer opiniones estúpidas a voz en cuello. Y como el lugar estaba lleno, no tenía pa’ dónde hacerme. Que Cthulhu les marchite sus órganos generativos más de lo que ya están.

  3. Gabriel

    Es increíble que no se mencione ni una sola palabra acerca de la música. Que a final de cuenta fue lo mas interesante de toda la experiencia.

  4. Laura

    Hahaha, estoy deacuerdo con Gabriel, la neta se dedicaron más a critícar lo que pasó del otro lado del escenario que en el show.

  5. Pingback: Festival Aural: Earth + Sutra @ Lunario del Auditorio Nacional | Me hace ruido

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