Festival Aural: Sun Ra Arkestra @ Teatro de la Ciudad

May 16, 2013

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Por Beatriz Borges /// Fotos: BigIdeas (OzCorp)

Podríamos decir que el teatro estuvo lleno, que la música no sonó hasta que todos estuvieron en sus lugares bien sentaditos, con instrumentos en mano. Podríamos, pero así no son las cosas en Saturno. La Arkestra invadió de color y sonido el Teatro de la Ciudad desde el momento en el que Marshall Allen puso el primer pie en el escenario; los demás le siguieron el ritmo, palmo a palmo, cantando. Era imposible no saber que estaban ahí y no sólo en el teatro, sino en la ciudad, iluminando todo con el tintineo de las cuentas de colores de sus trajes inspirados en Egipto y su extraordinaria forma de poner a bailar a cualquiera.

La mayor parte de los videos que había visto sobre sobre ellos eran de los años ochentas, todos brincando, cantando, arrojándose al suelo, enloqueciendo. Así que con algo de resignación, fui al concierto esperando ver a una banda legendaria de octogenarios que ya no podrían tocar con el arrebato de antes, pero oh, oh! gran sorpresa la mía cuando Knoel Scott, a sus 57 años, dejó estupefactos con sus bailes que parecían una extraña mezcla entre capoeira, danzas africanas tradicionales y break dance; además de encabezar dos filas de conga por toda la planta baja, todo esto, sin dejar de tocar. Debo decir que en este momento el público se quedó corto: todos se hundían tímidamente en sus asientos mientras los integrantes de la banda rondaban los pasillos, todos tan conmocionados por ver a estas leyendas junto a ellos, que parecía que el único atrevimiento que podían hacer era sacar el celular, y tomar una foto. Cuando digo ídolos lo digo con toda causa, pues al parecer todos los que estábamos ahí, sabíamos sino todo, si mucho de la Arkestra.

Con un setlist conformado, en su mayoría, por canciones de su disco Sound of Joy, – probablemente su álbum más digerible, algunos de sus fans más estrictos pudieron sentirse decepcionado. Puede que hayan asistido ahí, esperando momentos más atascados, mucho más cercanos a la vena avant-garde de sus composiciones. Sin embargo, el concierto le puso la nota suave a la noche y sinceramente no creo que alguien haya salido inconforme. Además, quedó claro que lo entregaron todo, pues aunque no hubo encore, Marshall Allen volvió al escenario y cantó unas líneas aplaudiendo (Más que música parecía una especie de disculpa por ya no poder salir a tocar de nuevo. Igualmente, se agradece).

Algunos podrán decir que la Sun Ra Arkestra está constituida por un grupo de eclécticos chiflados. Lo de chiflados lo acepto con agrado, pues todo implica cierto grado de demencia. Pero la definión ecléctica del conjunto es bastante exagerada. Lo que Arkestra tiene es toda una filosofía de vida llevada a la música, donde se reinterpretan los estándares de jazz, que si quisieran bien podrían llegar al noise, pasando por el free jazz.

La Arkestra toma a la música como un lenguaje no sólo universal, sino espiritual. Y es sorprendente como los años no han distorsionado esta visión dentro de su música, a pesar de que su fundador ya no esté para guiarlos. Vamos, ni siquiera la edad les ha quitado las ganas de bailar y tocar para crear una energía que en efecto, no es de este mundo. Por todo ello, sólo puedo decir: ¡larga vida a la Sun Ra Arkestra!

Por cierto, es bueno saber que todavía viajan con su vestuarista por delante.

Post escrito por: Blogger invitado

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