Sonido Gallo Negro
Matorralman
Por C. Hadad (@HadadDosDos) /// Fotos: Yunuén Velázquez (OCESA)
Es curioso cómo cambian los tiempos. Hay algunas cosas que pasan por un proceso de transformación (como la discriminación, modas, gustos, etc.), dónde antes lo que se consideraba de mal gusto ahora puede ser algo popular. Este es el proceso que está pasando la Cumbia, dónde ya no nos preocupamos si son géneros rasposos, sino sólo de disfrutarlos. Uno de los grandes exponentes de este nuevo movimiento es la agrupación de Cumbia Sicodélica -e instrumental- Sonido Gallo Negro (que en sí se consideran más un grupo de Garage según la entrevista que tuvimos con ellos), quienes el pasado 13 de Diciembre presentaron su segunda producción, Sendero Místico, en El Plaza Condesa.
A las nueve de la noche se apagaron las luces; la poca gente que se encontraba ahí reunida pudieron presenciar unos visuales (tomados de la película A Hard Day’s Night de The Beatles) de chicas totalmente enloquecidas por el grupo que estaba arribando al escenario. Nadie sabía que estaba sucediendo, sólo nos veíamos afectados por los acordes finos acompañados de un sintetizador chirriante y una batería muy rítmica. Se comenzaron a perder los modales, pero claro, con estilo. Durante esta metamorfosis sólo alcanzamos a escuchar unas palabras, “¡Buenas noches! Somos Matorralman” y después todo fue borroso. Algunos recuerdos que tenemos presentes de ese momento fueron los visuales de chicas sin nada que las cubriera y sin preocupaciones, un bajista con pasos hipnóticos y sonidos provenientes de instrumentos que no tenían buenas intenciones hacía nosotros; fue cómo viajar en el tiempo, exactamente a los años 60. El viaje sólo duró media hora y lo último que vimos fueron flores arrojadas por uno de los integrantes del grupo. No pudo haber grupo más idóneo para darle inicio al guateque de esa noche.
Con más gente en el foro, el escenario listo y todos los instrumentos ya conocidos de Sonido Gallo Negro fue cómo dio inicio una versión distinta de “Cumbia de los Pajaritos” dónde ya no era necesario guardarse los modales y no importaba que no supieras bailar cómo se debe, el punto era dejarse contaminar por la energía mística del grupo, quienes portaban túnicas negras y algunos de ellos máscaras de demonios, cómo la que tenía el Dr. Alderete al hacer sus características ilustraciones en vivo de calaveras y demás; las cuales se van extinguiendo ya que el ilustrador cada vez se hace más profesional en el theremin. Así continuó “Leticia”, que luego fue contrastada de la sicodelia de “La Patrona”, donde vimos fragmentos de la grabación que hicieron en un cementerio el cual formará parte de su próximo vídeo. Al ir terminando “La Patrona”, Enrique ejecutó un solo de timbales que iba en aumento logrando conectar con el siguiente tema, “El Ventarrón”, para ese entonces ya se habían echado al público en el bolsillo.
En “Tzantza Soul” se tomó un rápido descanso para que los integrantes se quitaran sus capuchas y lucir sus finas camisas negras con un logo místico; al igual que el nuevo corte del bajista Israel que ahora lucía como Tom de (500) Days of Summer. Con una ejecución fina y madura que se ha ido consagrando con el poco tiempo que lleva el grupo, fueron pasando los nuevos temas como “Valicha”, “Inca-A-delic”, “Coup de poudre” y en “Mystery of Zangbetos” salió una bailarina que se dejaba poseer por las percusiones que sonaban al principio y contrastando con los acordes rockeros de la canción.
Para una noche especial no podía faltar algún invitado, y vaya que tuvieron a uno grande: Alexis de Paté de Fuá se encargó de darle una atmosfera diferente a “Bocanegra” y a “Rimsky” con su vibráfono. Pasamos desapercibido que habían tocado prácticamente toda su discografía, lo que hizo que El Plaza se convirtiera en un salón como en la época de nuestros padres.
Nos hemos acostumbrado a la música con una voz y lo que conlleva, las letras, pero esa noche se nos demostró que se puede transmitir más con sólo lo instrumental y que puede tener un trasfondo más grande, si no nos creen, los invitamos a conocer más a fondo la historia que hay atrás del trabajo de Sonido Gallo Negro.
