Reseña: Belle & Sebastian /// Girls In Peacetime Want To Dance

January 20, 2015

belle-sebastian-girls-peacetimeBelle & Sebastian
Girls In Peacetime Want To Dance
Matador Records / Arts & Crafts México
8.4

Por José Marr ‏@JR_Marr

Qué apresurado y poco válido puede sonar el decir que éste es el primer disco garantizado como uno de los mejores del 2015. Pero es que no hay mejor oración que describa uno de los discos que da apertura a este año que ya comienza a dar destellos de calidad musical. Y es Girls In Peacetime Want To Dance cual viene a ser otro motivo más del por qué el público le tiene un cariño indeleble a Belle & Sebastian. Mejor aún, Stuart Murdoch prometió que volverían a sus raíces, aquellas del afamado “Tigermilk” combinado y a veces totalmente recargado hacia una nueva fuente de inspiración que le ha venido por influencia de sus discos de Pet Shop Boys y Bronski Beat. Podría éste álbum tomar por sorpresa a algunos, incluso, dada la doctrina nata del Indie Pop de Belle & Sebastian éste podría ser el primer álbum que más los ve desafiando su sonido, pero es un hecho que su esencia siempre está presente en alguna parte, escondida bajo los lúcidos arreglos, bajo su ingenio melódico y sus inocentes cantos.

Se agrega un piano y los más finos cortes de guitarra de su álbum The Life Pursuit (“The Power Of Three“) en el tema de apertura “Nobody’s Empire“, donde Stuart Murdoch narra a manera de enseñanza hacia los demás, algunos problemas de salud que tuvo durante su juventud. Es desde el momento inicial que se demuestra el buen estado en que viene Murdoch como compositor y la química mejorada de la banda en comparación con “Write About Love“, disco que a veces tenía algunos bordes demasiado dulces, por contrario aquí todo se ha balanceado y apuntalado mejor, incluso cuando se atreven a ensuciar más el lienzo con “Allie” con guitarra acústica debatiendo contra la eléctrica y una batería más enérgica tomando las curvas de ritmo con más velocidad, así como “The Book Of You” tiene ese mismo acabado empañado en la producción guardando bien cierto encanto en el sintetizador y la voz femenina que acompaña a Murdoch.

Las partes más influenciadas por la música Electrónica Pop de los años 80s vienen con el nombre de “The Party Line“, un completo tema que viste bien a la batería como si fuese una computadora de beats y sus intercalados agregados rítmicos así como los bucles que saltan cuando Murdoch invita a unirse al estribillo. “Play For Today” es otro arcoiris que depara a la pista de baile, luminosa por su dulce melodía y todos los embellecedores de teclado, aquí además interviene una cálida voz femenina a cargo de Dee Dee Penny (Dum Dum Girls). El otro es un giro aún más inesperado de nombre “Enter Silvya Plath“, inesperado y ambiguo dado que es una canción que se asemeja más a un High-Energy y no pareciendo el ambiente para relatar cosas sobre Sylvia Plath, pero increíblemente Belle & Sebastian es capaz de lograrlo y sin salir lastimado, sin atascar los altavoces. Y sobre esa misma linea, también se encontrará un tema que es un deguste de percusiones tribales llamado “Perfect Couples” cantado por Stevie Jackson, quien además hace buenas intervenciones de guitarra en una canción que se centra completamente en sus caprichosos instrumentos para hacer ritmo, algo parecido a los Talking Heads de “Remain In Light“.

Para no dejar de lado los lazos con “Tigermilk” o “If You’rere Feeling Sinester“, hay momentos como “Ever Had a Little Faith?” que se sienten como aquellos años en que la unión de la guitarra acústica con la voz más acogedora de Murdoch bajo esa atmósfera de dormitorio comenzaban a conquistar al mundo en los 90s. Aún para esos momentos alejados de lo Disco las cosas se muestran desafiantes, como “The Everlasting Muse” que progresivamente parece ser un tema tocado por una Big Band, trompetas, contrabajo, mandolina, etcétera; y también es una belleza que hacia su final sorprende tanto como el álbum en general; un álbum que a primera escucha carece de hits tan directos como los de The Life Pursuit (2006), pero como obra podría decir que se equipara al gran Dear Catastrophe Waitress (2003), pero que en última instancia es una prueba flagrante de cómo a Belle & Sebastian sigue sin afectarle el paso de los años. De cómo son capaces de conquistar al mundo con cambios valientes, ingeniosos y tan puros y sinceros en cada uno de sus célebres discos a través de sus casi 20 años de carrera.

Post escrito por: Jose Marr

Post Relacionados