Perfil /// Bahía Inútil

“La música es un territorio puramente emocional y afectivo”

Por Carolina Vaccia, corresponsal en Chile
Fotos Elisa Torres para Zariri

Desde Santiago de Chile, Manuela Infante, líder de Bahía Inútil nos cuenta acerca de la historia de una banda que está dando que hablar. Así como lo que significa pasar del teatro a la música, desligándose de presiones intelectuales y pudiendo experimentar en un plano de libertad musical puramente afectivo, lo que muestra en un primer disco homónimo íntimo y emocional.

Hace un par de domingos Santiago recibió una fuerte y ansiada lluvia que sirvió por un lado, para aplacar la sequía que nos tiene bastante preocupados, pero también para limpiar el aire de una ciudad muy contaminada. Pero aquí, cuando llueve, llueve. Y con eso quiero decir que la tormenta se vino encima, que se inundaron las calles y que el frío era insoportable. Un domingo así, es la excusa ideal para convertir la casa en claustro y no salir ni a la esquina.

En ese contexto, mi escenario era perfecto. La combinación de estufa, pijama, una buena peli y un chocolate caliente son imbatibles. Nada me podría sacar de ese cliché de calidez. Sin embargo, la llamada de un amigo – que conoce bastante bien mis gustos musicales- quebró mi plan pastoril: “Carolina, hoy toca una banda que te puede interesar y que es perfecta para verla un día cómo hoy“. Por supuesto, no tenía ninguna intención de caer en la tentación de salir, pero cometí el error – después fue más bien el acierto- de preguntar: “¿Por qué es tan ideal para este día?”; “Porque es la mezcla precisa entre elegancia, oscuridad y melancolía“, respondió. Ante esa descripción no se puede hacer mucho. La curiosidad me levantó. Adiós pijama, bienvenido el abrigo y las botas.

La tocata era en una sala de teatro, con escenografía y todo. La banda, Bahía Inútil. La líder de la banda, Manuela Infante. Ahora empezaba a entender un poco. Manuela es una reconocida directora de teatro y dramaturga chilena y este es su proyecto alternativo.

Como llegamos temprano, pudimos ubicarnos en primera fila. Así que pude ser espectadora de los detalles. Ya en la segunda canción comprendí por qué era la banda perfecta para escuchar ese domingo en particular. Quien haya estado en Santiago en invierno sabe del frío y de melancolía. Bahía Inútil, sin duda, también.

Para la banda esta presentación (gratuita) era la “sesión de fogueo” para mostrar su primer disco Bahía Inútil, con un estilo difícil de encasillar en algún género musical, pero fácil de describir desde las sensaciones: sin duda, emocional y afectivo.

Y desde lo más práctico, el disco presenta composiciones construidas como una sucesión de eventos vibratorios en los que participan instrumentos puros, como guitarras, teclados y tambores, que le dan un toque vintage, pero también, máquinas –sintetizadores y batería electrónica- que le dan un aire más moderno. Todo esto mezclado con una voz ambigua en términos de género –si no estás viendo que Manuela es la voz principal, es casi imposible determinar si quién canta es un hombre o una mujer- acompañada de permanentes juegos corales, con bajadas y subidas que hablan de una intención melancólica y épica a la vez.

El sonido permanente de la lluvia y de un par de goteras inesperadas acompañaron la sesión. El público – no más de 30 personas – aplaudió, pero por sobre todo, suspiró. Después de la última canción y antes de que los asistentes comenzaran las felicitaciones a los músicos, agenda y lápiz en mano, concerté la entrevista con Manuela para que me contara más acerca de la banda.

Días después, y sin que el frío hubiera aplacado, me contó la historia de un proyecto que definió como poco ambicioso y que, en realidad, corre en un carril distinto al de muchas bandas emergentes que buscan intensamente el reconocimiento y la multiplicación de fans.

El hecho de ser un proyecto alternativo al teatro, a lo cual Manuela se dedica ya desde hace muchos años y en el que ha alcanzado notoriedad, hace que el ejercicio musical sea muy libre. Lo que impera es la calma y el propio ritmo y se nota: “Justamente porque he caído en el tema de la ambición en el teatro, quisiera que con la música no pase, quiero resguardarla de esas cosas. Prefiero tener 30 seguidores conectados del alma con lo que hacemos, que siete mil. Eso nos da libertad, pero libertad del alma. Saber que cada vez que lo estás haciendo, lo estás haciendo porque quieres y por ninguna otra razón, es muy potente y creo que eso se transmite”.

Entonces ¿Cómo parte Bahía Inútil? El proyecto, aún sin nombre y aún sin forma de banda, comenzó el 2011 cuando Manuela le presentó al destacado músico y productor nacional –demás de diseñador teatral- Fernando Milagros sus primeras maquetas, sin la intención de hacer público su trabajo. Éste de inmediato se sintió atraído por la propuesta y la convenció de participar en un proyecto personal llamado Adelante Estudios, cuya idea era producir discos fuera de Santiago. Fue así que coincidieron en Punta Arenas, la ciudad continental más austral del mundo, y en una casa que arrendaron unos días, trabajaron en un EP llamado Stand Scared. 

Este primer trabajo no tenía un fin muy claro: “Nació sin intención o un diseño. Nació sólo de las ganas de hacer algo diferente al teatro; jamás pensé en hacerlo público”. Cuenta que fue un experimento muy artesanal: “Grabamos con cocina a leña al lado, pegando manotazos al sillón, casi como un juego”. Aún sin un concepto muy claro, este primer EP tiene un estilo más bien Folk y con letras románticas y sencillas, casi ingenuo.

Sin embargo, fue un ejercicio que la llevó a pensar en un proyecto musical más sólido y con composiciones más complejas. De hecho, el nombre definitivo de la banda aparece en ese momento. Bahía Inútil es un hermoso y particular lugar ubicado en la Patagonia chilena. Si bien destaca por la belleza de sus paisajes, tiene condiciones meteorológicas adversas que impiden que las embarcaciones puedan encallarse, por lo cual no presta ninguna funcionalidad. Es de esos lugares que se dejan admirar, pero que no te ofrecen ninguna certeza y, simplemente, no sirven de mucho.

Esta idea de la “inutilidad” fue lo que inspiró a Manuela a plantearse lo que para ella significaba hacer música y a poder separarla del mundo del teatro: “Para mí la música tiene que ser inútil porque es un territorio puramente emocional y afectivo. A diferencia del teatro, que tiene que ser discursivo. Yo con la música no quiero cambiar el mundo”.

Fue bajo esta convicción que comenzó a trabajar en la maqueta del actual disco homónimo en el que la acompañan Daniel Maraboli (teclados y guitarras) y, desde hace unos meses, Juan Pablo Bello (bajo, sintetizadores y guitarra) y Martín Benavides (piano y teclado), formación que espera sea la definitiva ya que le trajo mucha fuerza al proyecto y la idea concreta de ser una banda.

Para entender un poco más acerca del trabajo musical y lo que marcó el estilo del disco, le pregunté acerca de sus gustos. Estos van desde el Canto Gregoriano, bandas de los 50s y 60s como The Crystals, The Drifters y Beach Boys, el Góspel, hasta Queen. Así, las influencias resultaron ser muy distintas entre sí y separadas por el tiempo, pero con algo que las une que es el trabajo coral y el protagonismo de los arreglos: “Lo que hacemos es música construida con muchas voces y de manera muy barroca. Tengo que frenarme para no seguir arreglando una canción eternamente”.  

Acerca de las letras, estas son en inglés por dos grandes razones. La primera, es que es el primer idioma de Manuela (creció en Canadá): “Un lugar tan íntimo como componer música simplemente me salió en inglés”. Y la segunda, y más importante, es que no busca el protagonismo de las mismas, es más, le acomoda que no sean tan entendidas: “Nunca he querido que se entienda mucho; quiero que la voz sea un instrumento y no un discurso. El inglés me blinda del significado”. Así, las letras son, aunque personales, bastante herméticas: “Quiero que se sepa algo de la historia, pero no tanto; es entretenido dejar llavecitas, huellas, pero no decir todo”.

Es así como un ejercicio de experimentación musical terminó en una banda. Pero una banda diferente, no exclusivamente por lo que propone en cuanto a lo musical, sino por su búsqueda. Sin duda es música que nace desde la intuición; y pareciera que todo lo que nace de la intuición es más íntimo y sensible, pero por sobre todo, genuino. Es música con la capacidad natural de exponerse emocionalmente al público, pero a un público que le gusta el melodrama, elegante y sutil, pero melodrama al fin y al cabo.

Es esa música ideal para los domingos fríos y melancólicos; música que quieres que sea sólo para ti.